El FROB deja de lado a 4.500 empleados en la venta de NCG

Rubén Santamarta Vicente
rubén santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Preservar los puestos no figura en las condiciones que primarán en la puja

19 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El FROB, el fondo estatal que regula la reestructuración financiera, mantiene una cierta opacidad en el proceso de venta de Novagalicia. Como hizo con otras entidades subastadas en el pasado. Poco se sabe de lo que pide exactamente a los potenciales compradores, y el baremo que utilizará para decidir cuál es la mejor oferta para convertirse en el nuevo dueño del principal banco de Galicia. Lo que ha ido trascendiendo es que para el Ministerio de Economía y el Banco de España (que son los organismos que controlan el FROB) la prioridad es recuperar el mayor volumen posible de dinero. De hecho, la dirección del Fondo ha desvelado como meta recuperar unos 1.500 millones, lo que lleva a la siguiente conclusión: todo lo que quede por debajo será un fracaso; y lo que lo supere, en todo caso, nunca llegará a cubrir todo lo desembolsado en el banco. En Novagalicia se han inyectado casi 9.000 millones en ayudas públicas desde diciembre del 2010.

Con el precio como condición de partida, hay otras variables, muy genéricas, que ponderarán en la oferta, según las fuentes consultadas. Por ejemplo, que el comprador ofrezca un marco estable al banco y que permita que se recupere la concesión de crédito, especialmente empresarial.

¿Y el empleo? «No es algo que esté sobre la mesa», coinciden todas las fuentes financieras consultadas. «No lo estuvo en otros procesos, y tampoco figura ahora», añaden. En la venta de Evo -que finalmente se llevó el fondo estadounidense Apollo por 60 millones- una de las variables que se incorporaron fue el mantenimiento de empleo, según explican en el entorno de NCG, que fue quien puso las condiciones de la venta. Apollo tiene el compromiso de hacerlo, aunque se ha exigido una rebaja de salarios.

Situación intranquila

En la plantilla de Novagalicia hay, según explican sindicatos y trabajadores consultados, una situación de intranquilidad precisamente por tener la sensación de que en este proceso no se ha contado con ellos. Y no son pocos: la plantilla roza las 4.500 personas. En Galicia a inicios de octubre había 3.780 trabajadores en 590 oficinas, a los que hay que añadir otros 700 repartidos por una treintena de locales en el resto de España.

De esa cierta situación de desamparo dio cuenta ayer UGT. La federación que incluye banca exigió al Estado «que considere el mantenimiento de los puestos de trabajo, directos e indirectos, como primera condición para la venta» de Novagalicia, por encima de otras variables. Es la misma posición que han ido trasladando en las últimas semanas CC.?OO., CIG o Csica.

En las plantillas gallegas de los grandes bancos españoles que optan seriamente por Novagalicia también hay una cierta inquietud. Santander, BBVA y La Caixa suman más de 2.900 trabajadores pendientes también de lo que suceda con esta operación, por las fuertes duplicidades de red: hay coincidencias en más de 150 concellos.