Alimentos Lácteos, al borde de la liquidación tras quedarse sin sede

xosé maría palacios, maría cuadrado VILALBA / LA VOZ

ECONOMÍA

En la factoría se ha registrado algo de actividad tras la decisión de Pascual de retomar el control.
En la factoría se ha registrado algo de actividad tras la decisión de Pascual de retomar el control. ó. cela< / span>

Pascual recupera la planta de Outeiro de Rei que alquiló al grupo de cooperativas

18 ago 2013 . Actualizado a las 15:04 h.

Alimentos Lácteos se va a la calle y el horizonte de una liquidación parece una hipótesis cada vez más cercana. La asociación que forman diversas cooperativas y que llevaba años utilizando las instalaciones de Corporación Empresarial Pascual en Santa Mariña (Outeiro de Rei) se ha quedado esta semana sin sede, ya que el grupo burgalés ha decidido recuperar la planta que le había alquilado.

El gesto de Pascual ha sido comunicado ya a la plantilla de Alimentos Lácteos, que está formada por unos 80 empleados y que en estos momentos está sometida a un ERE de suspensión de actividad. Pascual no prevé retomar la actividad en esas instalaciones, aunque sí está dispuesto a mantenerlas en unas condiciones que Alimentos Lácteos no parece capaz de asegurar. De hecho, fuentes del grupo burgalés aseguraron en días pasados que se recuperaba el control de la factoría ante la «manifiesta situación de riesgo» de Alimentos Lácteos.

Meses sin actividad

La pérdida de las instalaciones en las que Alimentos Lácteos envasaba sus dos marcas -Deleite se distribuía en Galicia y en zonas próximas, y Muuu, en el resto de España- es un paso más de un proceso que en los últimos meses parece una suma de datos negativos. Desde finales de enero, prácticamente no entra leche en unas instalaciones que llegaron a recibir, en los momentos más altos, unos 300.000 litros diarios. En febrero se presentó un preconcurso de acreedores, medida que dio paso, en mayo, a un concurso de acreedores. Tras nombrarse administrador concursal, se desveló que el único activo eran las dos citadas marcas con las que envasaba leche. Entonces se fijó una valoración de 6,2 millones de euros, aunque la situación puede haber cambiado, y no precisamente para bien. En el entorno de la plantilla se asume que las marcas valen menos si dejan de estar en el mercado -como ocurre ahora- y pueden tener simplemente el valor que alguien esté dispuesto a pagar.

ERE temporal

El 15 de septiembre vence el plazo marcado para el ERE, lo que puede suponer, en la práctica, la extinción de contratos para una plantilla que está formada por unas ochenta personas y que en estos momentos se encuentra en el paro. Alimentos Lácteos debe a Pascual unos tres millones y medio de euros en concepto de alquiler de esas instalaciones, pero además adeuda unos cinco millones y medio a las cooperativas que entraron en el proyecto.

Las instalaciones de Outeiro de Rei, construidas en los noventa, están consideradas punteras dentro del sector, y los planes de Pascual parecen apuntar a la búsqueda de empresas interesadas, sin que por ahora se haya concretado gestión alguna y sin pensar en retomar la actividad por su cuenta.

Mientras, en la plantilla parece darse una situación con dos caras: por un lado, se ve el regreso de Pascual con escepticismo; por otro, un acuerdo con otra firma podría significar de nuevo actividad.

El acuerdo por el que La Arzuana, Gancobre, Indega y Tierra Llana entraron en el proyecto de Alimentos Lácteos recibió alabanzas de todo tipo, pero también ayudas públicas. Las aportaciones de la Xunta, canalizadas por diversos conceptos, ascendieron a unos ocho millones de euros. Por otro lado, las cooperativas entraron, hace ya meses, en una serie de dificultades que se tradujeron en un descenso de la leche que entraba en la planta de Outeiro de Rei. Socios de Gancobre, que actuaba como primer comprador, dejaron de entregar la leche por impagos y pasaron a venderla a Reny Picot, con fábrica en Navia (Asturias). Los impagos fueron también la razón por la que a finales del 2012 socios de Tierra Llana empezaron a vender a Leche Celta, perteneciente al grupo portugués Lactogal y con planta en Meira.

Mientras tanto, la situación de la factoría ha generado esta semana rifirrafes políticos. El diputado Pablo García (PSOE) se mostró dispuesto a pedir responsabilidades políticas a la Xunta, en tanto que la conselleira de Medio Rural, Rosa Quintana, dijo que todo el asunto dependía en estos momentos del administrador concursal.