Sindicatos de NCG exigen a los preferentistas que cesen ya los ataques a la plantilla

Rubén Santamarta Vicente
Rubén Santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Recuerdan que cientos de empleados y familiares también son afectados; el banco ha presentado una veintena de denuncias

24 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Los regulares ataques -en forma de insultos, amenazas o coacciones- de algunos afectados por las participaciones preferentes y deuda subordinada han terminado por cansar a la plantilla de NCG, un hartazgo que han expresado públicamente los sindicatos de la entidad, que exigen que de inmediato cese este tipo de violencia. Esos episodios, como los recientes en la oficina central de A Coruña o la agresión a un empleado de A Estrada, «son intolerables» y «sobrepasan las líneas rojas establecidas», explican en comunicados trasladados esta semana a la plantilla CC. OO., UGT y Csica, sindicatos mayoritarios del banco.

Novagalicia ha presentado, desde que se inició esta crisis, una veintena de denuncias contra ciudadanos que, durante las protestas, han agredido o coaccionado a los empleados. «Lo primero es siempre la seguridad de los clientes y de la plantilla», apuntan desde la dirección.

Los sindicatos dicen entender el malestar de esos engañados. La de las preferentes, admiten, es «una reivindicación justa», pero denuncian que se está saliendo de los cauces de la protesta. «En un período de tiempo muy corto hemos visto cómo han subido de tono las protestas en las oficinas, de igual modo que [han subido] en muchos casos en los ámbitos particulares», apuntan desde UGT. «Los defectos en la comercialización de estos productos y las malas prácticas, achacables a unos pocos, no pueden generalizar en la permisividad ante el insulto, la presión e incluso la agresión física», dicen desde el independiente Csica.

«La situación de acoso que se vive en las oficinas pone en peligro la salud, física y psíquica, de los trabajadores, con abundantes casos de angustia, pánico y ansiedad», agregan en Comisiones. En NCG ya ha habido algunos traslados de empleados de sucursales conflictivas, precisamente al detectarse cuadros médicos como esos descritos.

Las centrales sindicales recuerdan además que los empleados también están afectados por estos productos. Csica calcula que el 40?% de la plantilla, directamente o sus familiares, tienen este tipo de productos. Otros sindicatos estiman que son cuando menos 750 trabajadores, con unos 100 millones en preferentes y subordinadas. Y no pueden acudir al arbitraje para recuperarlo.