El mejillón tóxico salió para Francia antes del cierre de los polígonos

Espe Abuín / Rosa Estévez REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

El Intecmar no hizo análisis en 3 días porque los valores eran normales

17 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Al final, todo apunta a que los dinoflagelados han conseguido burlar las defensas del Intecmar (Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño). Bastó la guardia baja de la Semana Santa para que la toxina lipofílica que entró en tropel en las rías gallegas se adelantase a los controles y se colase en el metabolismo del mejillón antes de que muriese el ratón o lo pintase la cromatografía líquida.

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria (Aesan) confirmó ayer que los mejillones a los que los franceses achacan los episodios de gastroenteritis procedían de Galicia, aunque fueron depurados en Francia y comercializados por dos minoristas. Y, al parecer, a la planta francesa fueron enviados por la empresa Servimar, de Gerona, una depuradora en la que tiene parte la cooperativa Socomgal, de Moaña. Aunque desde Francia nadie se ha puesto en contacto con la compañía catalana, su gerente, Pedro Gotanegra, explicaba ayer que sí los han llamado de Madrid para saber de los envíos realizados. El último, según Servimar, fue el día 1, porque el día 2, a las 15.33, cuando recibieron el correo electrónico del Intecmar informando del cierre cautelar, «ordenamos a los camiones, tres repletos, dar media vuelta cuando ya estaban en Burgos», apunta la responsable comercial de la depuradora catalana.

«Sabemos que es un riesgo y no jugamos con eso. No hemos puesto un mejillón con toxina en el mercado», dice tajante Gotanegra. Cosa distinta es «que estuviera un polígono abierto cuando no tuviera que estarlo», sugiere.

Y ahí parece que radica el fallo. Que durante tres días -el 29, 30 y 31 de marzo- el Intecmar no hizo controles porque, como anteayer aseguraron desde Mar, los valores de toxicidad eran normales y habituales.

Sin constancia en Galicia

En Galicia hay una cooperativa oficiosamente señalada: Socomgal, proveedor y socio de Servimar. Pero su gerente, Rosendo Queimaños, ayer por la tarde no tenía constancia de que las intoxicaciones alimentarias habidas en Francia tuviesen relación con alguna partida o lote de las bateas del área de Cangas: «A día de hoxe [por ayer] ninguén se puxo en contacto con nós nin nos notificaron nada», asegura. De esas bateas no sale mejillón alguno desde el día 2, cuando se decretó el cierre cautelar posteriormente ratificado. Eso sí, el 1, con los polígonos abiertos, se enviaron 5.600 kilos de mejillón para depurar. Queimaños no sabe si el problema estaba en esas cinco toneladas y media de bivalvos, pero tiene claro que «sexan de quen sexan, o envío non se fixo con mala intención», sino con todas las de la ley.