Pescanova se ahoga en una deuda de 3.100 millones, que dobla la cantidad que admitía tener

N. Bore / S. Vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

El presidente admitió ayer que vendió la mitad de sus acciones y se embolsó 31,5 millones a espaldas de la CNMV

16 abr 2013 . Actualizado a las 13:24 h.

El fabuloso lío en el que está inmersa Pescanova empeora por momentos. La deuda que ahoga a la multinacional asciende a 3.100 millones, de los que 2.100 corresponden a la matriz y el resto a filiales, aunque -según fuentes de la banca acreedora- «la situación de estas últimas es manejable», a excepción de Chile, Argentina, Uruguay y Brasil, que precisan liquidez a corto plazo.

Al escándalo que supone que la deuda real sea el doble de la que se admitía tener, se sumó ayer otro anuncio explosivo. Y es que a las tres de la tarde, Pescanova registraba en la CNMV las operaciones que su presidente, Manuel Fernández de Sousa, realizó entre diciembre y febrero, y por las que vendió casi dos millones de acciones, prácticamente la mitad de las que poseía. La ley obliga a comunicarlo al supervisor en un plazo máximo de cuatro días. Lo contrario sería una infracción muy grave, con sanciones que incluyen desde cinco años de inhabilitación para ejercer cargos de administración o dirección hasta multas máximas de 300.500 euros.

«Nos ha engañado a todos»

«Nos quedamos blancos». Con tal manifestación de estupor acogieron ayer en Damm (segundo accionista del grupo) la comunicación de Fernández de Sousa sobre sus ventas. Un portavoz de la firma catalana insistió en que estaban «sorprendidos» porque «mantuvo cuatro consejeros cuando por su participación no podía ya hacerlo». «Engañó a la CNMV, al consejo y a los accionistas, y adoptó decisiones que no podía haber tomado, como el preconcurso y el concurso», sentenciaron desde Damm, que agregan que es «muy grave» que no se les hayan entregado las cuentas del segundo semestre a los accionistas de referencia.

Pescanova solicitó oficialmente ayer el concurso voluntario de acreedores ante el juzgado. Y pasadas las nueve de la noche remitió también la información financiera complementaria que le había exigido la CNMV el pasado día 5.

Sousa se explica

A través de un comunicado, Pescanova subrayó que pese a la venta del significativo paquete accionarial, el presidente continúa siendo el mayor accionista. Apunta que la reducción del 14,42 al 7,45 % de su participación le generó «importantes pérdidas», y argumenta que la decisión de vender la tomó «preocupado por la situación de tesorería», por lo que decidió «poner su patrimonio a disposición de la firma para resolver problemas urgentes de liquidez».

El presidente «dio instrucciones» -dice la nota- para que el dinero de la venta revirtiera en préstamos al grupo y sostiene que Fernández de Sousa «aportó a la CNMV los documentos que acreditan la entrega» de préstamos a principios de febrero: «Su esfuerzo económico tiene sentido solo desde el compromiso con la compañía».