Pescanova: El gigante del mar nacido de una saga de tratantes

Mario Beramendi Álvarez
MARIO BERAMENDI SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

La firma que ha situado a Galicia en la cima del sector pesquero mundial y cuya crisis tiene ahora en vilo a muchos países arrancó de un éxodo comercial desde el interior lucense

07 abr 2013 . Actualizado a las 13:48 h.

Zarandeada ahora por las dificultades para refinanciar su deuda, Pescanova ha trazado una singladura de más de medio siglo. Una gran historia nacida, como muchas, de los más pequeños detalles. La firma que ha situado a Galicia en la cima del sector pesquero mundial y cuya crisis tiene ahora en vilo a muchos países arrancó de un éxodo comercial desde el interior lucense.

El origen, ganado y el congelado de carne

Antonio Fernández Fernández, tratante de ganado de Sarria, padre del fundador de la empresa (José Fernández) y fallecido repentinamente en 1931, año en el que se proclamó la Segunda República, ya se había iniciado en el negocio de exportación de reses. Fueron sus cuatro hijos quienes siguieron con el negocio familiar y quienes lo ampliaron al despiece y congelado de carne, con la creación de Frigsa y Frigolouro, y con el impulso a empresas de otros sectores como Zeltia (química), Titania, Transfesa o Cementos del Noroeste.

La creación en Vigo, a finales de los cincuenta

Por aquellas fechas, el traslado temporal de José Fernández a Vigo por motivos de trabajo marcó para siempre el futuro de la familia. Y de la historia de la economía gallega. El responsable de la fundación de la empresa poco más tarde, en 1960, residía en un hotel próximo al puerto. Allí entabló amistad con Valentín Paz Andrade, intelectual galleguista, experto en temas pesqueros. José Fernández observaba a diario cómo las pequeñas embarcaciones volvían todos los días de la costa. Entonces, se planteó la gran pregunta: ¿cómo generar un negocio con el aprovisionamiento de mayores cantidades? Había un problema: la conservación. Ahí fue donde José Fernández aplicó sus conocimientos del congelado de carne. Asesorado por Paz Andrade, encargó a Ascón buques con sistemas de congelación a bordo. Ahí arrancó Pescanova.

Afianzamiento por todo el mundo

Diez años después de que dos arrastreros congeladores salieran de Vigo, el Lemos y el Andrade, Pescanova ya contaba con cien barcos faenando por todo el mundo. Una realidad que propició el surgimiento en el sur de Galicia de una industria naval dedicada a los buques congeladores. José Fernández colocó a su hijo Manuel Fernández al frente de la compañía a principios de la década de los ochenta, que marca la consolidación mundial de la compañía. Un camino plagado de obstáculos, como cuando la ONU, en 1987, amplió hasta las 200 millas la zona exclusiva de explotación pesquera de los países, lo que dejaba sin aprovisionamiento a firmas foráneas. Pescanova sorteó el impedimento con una nueva idea: el impulso de sociedades mixtas con los estados ribereños. La compañía salió a bolsa en 1990. Desde entonces, Pescanova se ha apuntado un tercer éxito en el mundo: el impulso de la acuicultura, con plantas en Chile, Ecuador, Nicaragua y Portugal.

Las grandes dudas

Elevada a la cima del éxito, situada como la madre de todos los modelos, la zozobra actual de Pescanova tiene en vilo a muchos que todavía se preguntan cómo es posible que una empresa que aumenta beneficios, facturación y dividendos, con activos de 2.700 millones, puede haber llegado a este puerto por lo que parecían los vencimientos de deuda a corto plazo generados, sobre todo, por el desequilibrio de tiempos en el pago a proveedores y la distribución. Quizás haya otro trasfondo: un modelo de expansión alimentado por unas alegrías crediticias que han pasado a mejor vida.