La xarda llega a Galicia y la flota debe tirarla porque no hay cuota

espe abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SADA

Exigen un reparto que garantice que los gallegos puedan pescar en sus aguas

28 mar 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

A excepción de un puñado de barcos, que se entretienen en el oeste del caladero del Cantábrico Noroeste pescando jurel y sardina a la espera de que la anchoa se acerque a la costa, la flota gallega de artes menores y cerco ya está de regreso en sus aguas. Han vuelto de una fugaz costera del verdel, que acabó el día 13 para el primer segmento de flota y el 21 para el segundo -este después de concatenar varios cierres y reaperturas-, al agotarse la cuota que tenían disponible para este primer semestre.

Y la caballa parece haber venido siguiendo la estela de las embarcaciones. Ni una semana después del cierre de la costera, «o mar está cheo de xarda; dende punta Candelaria ata o cabo Prior non hai máis que xarda», señala Andrés García, patrón mayor de Sada y representante de la Asociación Galega de Cerco (Acerga).

«Estamos outra vez como o ano pasado: o caladoiro cheo de peixe, e nós a ter que tiralo morto pola borda por falta de cuota», criticó García Boutureira, que señala que los barcos regresaron a puerto con «un puñado de xurelos ou de vacío» por no poder capturar la especie «agora que chegou aquí [a Galicia]» y que realmente abunda.

Reparto por barco

El representante del cerco gallego insiste en que esta situación no puede prolongarse por más tiempo y que es preciso distribuir las cuotas por barco, provincia, comunidad autónoma o cualquier otra fórmula que permita a los gallegos pescar xarda en sus aguas y no tener que desplazarse a otras comunidades autónomas del Cantábrico.

¿Por qué no se ha repartido ya? Porque no se consiguió un acuerdo. Y Galicia fue la principal detractora. No podía ser de otro modo: «Pretendían facer o reparto atendendo ás capturas históricas da flota e sin ter en conta a dependencia socioeconómica da especie nin o número de barcos». Con esos criterios, Galicia salía perdiendo, apunta Andrés García, puesto que siempre, incluso cuando no había estas estrecheces con la cuota, tuvo un límite de capturas de 10.000 kilos por barco y día, mientras que los demás no estaban sujetos a un cupo.