La factura de la luz será bimestral y reflejará consumos reales desde abril

f. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

El Ministerio de Industria calcula que el abaratamiento del recibo ahorrará 30 euros al año

28 mar 2013 . Actualizado a las 10:38 h.

Abril llegará como agua de mayo para los consumidores. Enchufar el horno o dejarse olvidada una luz encendida será algo menos costoso porque entrará en vigor una bajada de precios para los clientes de la tarifa de último recurso o TUR (la mayoría, en torno a veinte millones de abonados), al menos hasta finales de junio. Tras un baile de porcentajes, del 7 al 6,5 %, el Ministerio de Industria informó ayer, mediante una nota de prensa, de que el recibo «bajará una media del 6,62 %». El propio Gobierno ha efectuado sus cálculos y estima que esa rebaja supondrá un ahorro cercano a los 30 euros anuales para un consumidor medio de la TUR.

Para que este descuento entre en vigor deberá ver la luz en la edición del Boletín Oficial del Estado (BOE) del sábado, único día hábil que queda para finalizar marzo.

Abril llegará con otra, en teoría, buena noticia para los consumidores de energía eléctrica: será el fin de las lecturas estimadas de los contadores de la luz. El lunes entrará en vigor un real decreto aprobado por el último Consejo de Ministros del año pasado para instaurar la facturación cada dos meses y a partir de consumos reales. Fuentes de la Comisión Nacional de la Energía recuerdan que los usuarios que deseen continuar con los cobros mensuales deberán solicitarlo expresamente, de lo contrario recibirán el recibo con periodicidad bimestral. Esta medida afectará a todos los clientes con potencia contratada inferior a quince kilovatios (básicamente usuarios domésticos y pequeños empresarios).

El Gobierno mismo reconoce que el sistema de consumos estimados que se realiza en teoría en meses alternos «ha generado un importante número de reclamaciones por parte de los consumidores debido a la complejidad asociada a las regularizaciones de los consumos».

En aras de facilitar estas nuevas facturaciones sobre gastos reales, el real decreto hace oficial la posibilidad de que sean los propios consumidores los que lean sus contadores y comuniquen los datos a su empresa distribuidora. El Gobierno pretende imponer de esa manera que los clientes paguen realmente por la electricidad que consumen.

Rebaja por una subasta

El precio de la tarifa de último recurso se revisa cada tres meses y está determinado por dos variables que representan cada una aproximadamente el 50 % de la factura que llega a los hogares: una está regulada por el Ministerio de Industria en forma de peajes de acceso al sistema y la otra está en manos de lo que resulte en una subasta de electricidad entre comercializadoras. El Gobierno ha decidido congelar su parte y el mercado determinó la semana pasada una rebaja del megavatio hora generado de un 15 %.

A partir de ahí, Industria ha tenido en cuenta otras variables, como los «perfiles de consumo, estacionalidad y el sobrecoste de los servicios de ajuste», para concluir que la facturación media de los consumidores domésticos experimentará a partir del 1 de abril un descenso medio del 6,62 %.

Cuatro dudas con respuesta

¿Por qué baja la luz?

La rebaja que experimentará el recibo de abril a junio (ambos incluidos) es reflejo del resultado de la subasta de energía efectuada la semana pasada. Esto es consecuencia de la elevada producción hidráulica y eólica, tecnologías que desinflan los precios.

cuatro dudas con respuesta

¿A qué concepto afectará la bajada?

Salvo sorpresas en el «Boletín Oficial del Estado», la rebaja afectará al término de energía, esto es, el precio de cada kilovatio consumido. En la actualidad cuesta 0,150938 euros y pasará a 0,1410.

¿Qué hay que hacer para recibir la factura cada dos meses?

Nada. El cambio de sistema de lectura será automático, pero quienes deseen continuar con la facturación mensual deberán comunicarlo a su compañía.

¿Qué hago si no estoy en casa para que me lean el contador?

El real decreto abre la posibilidad a que el consumidor lea su propio contador y comunique los datos a su distribuidora para que facture en función de consumos reales.