Dijsselbloem causa alarma al afirmar que Chipre será el modelo de rescate

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / E. LA VOZ

ECONOMÍA

La directora del FMI, Christine Lagarde, el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem y el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, tras finalizar la reunión.
La directora del FMI, Christine Lagarde, el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem y el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, tras finalizar la reunión. SEBASTIEN PIRLET

Los mercados sufrieron caídas tras las palabras del presidente del Eurogrupo. El Gobierno chipriota retrasa hasta el jueves la apertura de los bancos

26 mar 2013 . Actualizado a las 16:18 h.

La eurozona es ingobernable. Como si se tratase de un barco a la deriva, ha vuelto a sufrir otro golpe de viento cuando apenas había logrado enderezar la crisis chipriota. Esta vez a manos, nada menos, que del propio presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.

El holandés sorprendió ayer a todos al hacerse públicas unas declaraciones al diario Financial Times y a la agencia Reuters donde no descartaba que la fórmula elegida para diseñar el salvavidas de Chipre se pudiese extrapolar a otros países de la moneda única en el futuro: «Chipre será el modelo de futuros rescates», titulaba la cabecera británica, que atribuye estas palabras al propio Dijsselbloem. Todo ello después de repetir incesantemente durante la última semana que el caso de Chipre era «excepcional y único».

En la entrevista, el responsable holandés añadía: «Los bancos deberían ser capaces de salvarse ellos mismos o, al menos, recapitalizarse todo lo posible», antes de recordar que los inversores no pueden creer que «siempre van a recuperar su dinero» porque los gobiernos les guardan las espaldas.

Nadie en Bruselas daba crédito a lo que estaba pasando. En la misma semana, Dijsselbloem ha tenido que rectificar dos veces.

Esta vez, un comunicado muy medido de su propio portavoz intentó matizar las palabras del presidente y asegurar que «el caso de Chipre es único y no puede ser usado como modelo o patrón». Pero el nerviosismo ya había prendido en la mayoría de los mercados europeos. La bolsa española registraba la cuarta mayor caída del año, un 2,27 %, mientras que Milán caía hasta un 2,50 %. Fráncfort también perdía, un 0,51 %; París, un 1,12 %, y Londres, el 0,22 %.

Alegría alemana

Ayer, Angela Merkel midió al milímetro sus palabras, pero admitió su «satisfacción» con los parámetros del riguroso salvavidas de la isla. Según explicó, el paquete era el «correcto» porque obliga a asumir «responsabilidades» a los que «han originado el problema», en referencia a la banca.

La canciller, que apretó a Nicosia ante las dudas sobre lavado de dinero en la banca, agregó que la ayuda pactada demuestra la «solidaridad» de la UE. Sin embargo, hay muchas voces que acusan a Dijsselbloem de barrer para casa y apoyar las tesis alemanas y holandesas, en lugar de gobernar para todos los países del Eurogrupo.

Mientras, en Rusia, Vladimir Putin, que la semana pasada calificó la medida de «injusta, poco profesional y peligrosa», ha cambiado diametralmente de postura y ha dado instrucciones para iniciar negociaciones con Nicosia a fin de reestructurar el crédito de 2.500 millones de euros que recibió de Rusia en el 2011.