Intentan evitar una regulación por la vía de la prohibición del arrastre
18 feb 2013 . Actualizado a las 06:00 h.Desde que el Parlamento Europeo (PE) tiene poder de codecisión, el sector pesquero gallego y español vive en permanente sobresalto. Todas las decisiones en materia pesquera que han tomado los 754 eurodiputados han atendido más a cuestiones medioambientales que a la pesca como sector económico y su vertiente social. Primero suspendieron de un día para otro el acuerdo pesquero con Marruecos; después, privaron a la flota palangrera congeladora española y portuguesa de la autorización de cortar a bordo la aleta del tiburón, y la tercera ha sido el apoyo a una reforma de la política común de abierto carácter medioambientalista sin tener en cuenta las consecuencias que las medidas que contiene pueden suponer para esa actividad económica. Pero no hay dos sin tres, ni a la tercera va la vencida. «La cuarta ya la estamos viendo venir, como un tsunami», señala José Ramón Fuertes, gerente de la Cooperativa de Armadores de Vigo (Arvi). Y la cuarta es la que pretende desterrar al arrastre, junto al enmalle de fondo, de los caladeros europeos, un debate que está a punto de abrirse en las instituciones comunitarias. «Estamos viendo que lo que non han conseguido en la ONU ni en la FAO van a imponerlo en la Unión Europea», explica Fuertes.
Los grupos medioambientalistas ya han emprendido su campaña de presión. Y, esta vez, el sector pesquero comunitario no quiere quedarse al margen. Responderán formando lobby, un grupo de presión para proteger los fondos marinos y los ecosistemas vulnerables, solo que en lugar de hacerlo a través de la prohibición, como persigue la comisaria Maria Damanaki, pretenden hacerlo a través de la regulación del uso del aparejo.
«Nosotros estamos a favor de que se protejan los ecosistemas marinos vulnerables, las zonas de corales y esponjas, a nivel europeo, y la punta de lanza tienen que ser los científicos, pues debe haber un conocimiento previo de cómo están los fondos», señala el gerente de Arvi.
Análisis
El objetivo de ese lobby, en el que estará toda la industria pesquera comunitaria, es conseguir que quienes tienen capacidad de decidir «no se queden con lo fácil». Claro que hay que proteger el ecosistema, pero no se protege prohibiendo el arrastre, sino analizando los fondos, marcando aquellos vulnerables y dejando los de arena y fango para que puedan seguir faenando los barcos.
Eso es por lo que se ha optado en organizaciones regionales de pesca como la NEAFC (Atlántico nororiental) o la NAFO (Atlántico Norte), incluso en el área del Atlántico sur, en el entorno de las islas Malvinas y en Namibia. Y es más, muchas de las vedas y áreas protegidas impuestas se han hecho sobre la base de estudios científicos realizados por España, que han cartografiado, a bordo del Miguel Oliver, los fondos marinos de varias áreas internacionales en las que faena la flota que enarbola su pabellón.