Al anuncio de 2.500 bajas, unos 750 empleados suman un segundo problema: compraron preferentes y no pueden recuperar el dinero
12 ene 2013 . Actualizado a las 15:11 h.NCG Banco ya ha puesto fecha para iniciar el cuarto expediente de regulación de empleo (ERE), el más numeroso y el que, salvo sorpresa, acabará sin acuerdo con los sindicatos. Las centrales aún esperaban «un gesto» de la dirección para tender puentes antes de iniciar ese expediente. Pero la respuesta fue una carta remitida ayer con la convocatoria unilateral directa para el «inicio del procedimiento de despido colectivo al amparo de lo dispuesto en el artículo 51 del Estatuto de los Trabajadores», según desvelaron las seis centrales presentes en NCG (CC.OO, UGT, CIG, Csica, ASCA y CGT).
El banco quiere arrancar ese procedimiento el martes día 15, con una reunión a las diez y media de la mañana. Siguiendo el calendario habitual, en un mes ha de estar listo ese ERE -con o sin acuerdo-, para poder empezar a despedir a mediados del mes de febrero. «Esa es su intención, veremos si pueden», explican los sindicatos. No se descarta la vía judicial. Solo este año se prevé la salida de 930 trabajadores, de una plantilla con algo menos de 5.900 empleados. Es el año en el que se prevé un mayor ajuste.
El plan de máximos supone llegar al 2017 con una plantilla de apenas 3.400 efectivos, tras despedir a 2.508 personas. Quiere decir serán un 70 % menos, según los sindicatos, que cuando nació la entidad. Desde diciembre del 2010, cuando se produjo la fusión de Caixa Galicia y Caixanova, ya se han ido más de 1.800 trabajadores en tres ERE. La diferencia con los anteriores es que en este caso proceso, salvo sorpresa, no habrá acuerdo con los sindicatos.
La justificación
¿Por qué el recorte inminente? «La justificación final que nos dan es que la cifra definitiva la marca Bruselas», exponen los sindicatos. En la Comisión Europea recuerdan que «todos los bancos [rescatados] tienen que implementar los compromisos asumidos en la forma y dentro de los plazos especificados en las respectivas decisiones de reestructuración».
La plantilla de NCG (Novagalicia, en su denominación comercial) se enfrenta ahora a ese severo ajuste. Pero una parte de sus trabajadores tiene encima otro problema, que les afecta a sus cuentas personales. Según datos que manejan los sindicatos, unos 750 trabajadores figuran como compradores de participaciones preferentes, por un importe que ronda los 76 millones de euros (unos 101.000 euros por caso). Es un dinero del que perderán una buena parte con la quita que se avecina en febrero. Y estos afectados no pueden acogerse a la vía del arbitraje y, difícilmente, a la judicial para recuperar sus fondos porque sabían -o deberían haberlo sabido- lo que estaban vendiendo a sus clientes y los riesgos que conllevaba.
Era algo conocido que parte de la plantilla de Caixanova y de Caixa Galicia (y de sus directivos) adquirió esas preferentes entre los años 2002 y 2009. Hasta ahora se desconocía la cifra. Esos 750 empleados son los que ahora están en activo, según esas fuentes sindicales. A ellos habría que sumar a los prejubilados por los ERE anteriores que también compraron, así como familiares directos (parejas, hijos, padres...) que también tienen ese producto tóxico. Y un número indeterminado con deuda subordinada, que está en la misma situación que las preferentes. «Tenemos un problema triple: nuestro puesto está en el aire, tenemos protestas todos los días de los afectados por las preferentes, y vamos a perder parte de nuestro dinero», dice una persona del banco que pide el anonimato.
Movilizaciones continuas
Hoy mismo, la plantilla inicia sus movilizaciones. Este mediodía está convocada una manifestación de todo el grupo en Santiago contra el cuarto ERE, con autobuses procedentes de toda Galicia, Asturias y León. El lunes habrá concentraciones en A Coruña; el martes en esa ciudad, en Madrid, Barcelona, Bilbao, León, Gijón y Sevilla. Y el lunes 21 se ha convocado un inédito paro de 30 minutos (desde las 12) en todas las oficinas.