El expresidente de Caja Madrid no admite haber hecho daño con las preferentes

Efe

ECONOMÍA

Durante su comparecencia, Blesa ha recordado que no decían «nada» mientras cobraban intereses pero «las cosas han venido mal y ahora viene la tragedia»

27 nov 2012 . Actualizado a las 19:09 h.

El expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa ha asegurado hoy que es consciente del perjuicio que se ha hecho a los pequeños ahorradores con la venta de participaciones preferentes pero ha dicho que, en su caso, no admite haber hecho daño con ellas. A pesar de que en el verano del 2009, cuando aún era presidente de la institución, Caja Madrid comercializó 3.000 millones de euros en participaciones preferentes, Blesa ha justificado que era un producto «atractivo» porque ofrecía un interés «atractivo» del 7 %.

Durante su comparecencia en la Comisión de Economía que busca aclarar la crisis de las cajas, el exbanquero ha recordado que inicialmente se iban a colocar unos 1.500 millones de euros, pero sin necesidad de presionar a la red, la demanda hizo que se vendieran finalmente unos 3.000 millones. El expresidente de Caja Madrid también ha recordado que quienes invirtieron en esas participaciones preferentes no decían «nada» mientras cobraban intereses, pero «las cosas han venido mal y ahora viene la tragedia».El riesgo de mercado -que existe cuando se compran participaciones preferentes- se ha convertido en un riesgo familiar.

«Está claro que no basta con que exista un folleto de la emisión en el que se advierta de los tres riesgos (...) y habrá que pensar que no es un producto que deba ir a particulares», ha añadido Blesa. Por eso, ahora Blesa argumenta que ese producto no debe tener ya como destinatario al pequeño inversor y, si así sucede, que sea exigiendo una inversión mínima tan alta que haga que se lean la letra pequeña.

Por último, Blesa ha quitado hierro a quienes le afearon que Caja Madrid comprara un BMW valorado en medio millón de euros para su uso o una mansión en Miami en los últimos años de su presidencia. «Créanme, un coche blindado no es la cosa más cómoda del mundo» y «la mansión de Miami es una casa residencial que ocupa el director (del negocio en la región) ... y en la que he comido una vez y cenado dos veces».