Los dueños de Audasa se repartieron todos los beneficios desde el 2008

Sofía Vázquez
Sofía Vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

<span lang= es-es >Grietas en Rande</span>. Una denuncia vecinal desveló las grietas en la estructura del puente. Por la gran arteria circulan una media diaria de 22.359 coches.
Grietas en Rande. Una denuncia vecinal desveló las grietas en la estructura del puente. Por la gran arteria circulan una media diaria de 22.359 coches. m. moralejo< / span>

En cuatro años se distribuyeron 243 millones logrados de la gran arteria de comunicación

08 oct 2012 . Actualizado a las 00:14 h.

Después de conocer que Itínere excluye a los usuarios de la autopista del Atlántico de los descuentos que ofrece en el resto de las infraestructuras que gestiona y que está intentando una drástica reducción de plantilla implantando cabinas de cobro automáticas, acaba de trascender que los dueños de la principal autopista gallega se han redistribuido a través de dividendos todos los beneficios obtenidos desde el 2008. Una simple suma revela que esta cantidad asciende a 243,57 millones de euros. Esta cantidad supera con creces los 195,9 millones de euros de capital que tiene la sociedad, constituida el 16 de octubre de 1973.

Las cuentas de resultados de cada uno de los cuatro últimos ejercicios constatan que en el 2011 la compañía situó el beneficio en 52,5 millones de euros y repartió íntegramente esta cantidad entre sus principales accionistas: el grupo Arecibo (integrado por la norteamericana Citi y Kutxabank), que tiene el 54 % del capital; NCG, con el 23,74 % ; Sacyr, con el 15,45 %, y Liberbank, con el 5,79 %.

Los dividendos del 2010 todavía fueron superiores, ya que alcanzaron los 68 millones de euros. Un año antes se situaron en 61,07 millones, y en el 2008, en 62 millones de euros.

Desde la privatización

Fue precisamente en este último ejercicio cuando el fondo de inversión norteamericano se hizo con el control de Itínere por 7.800 millones. Esta operación estuvo motivada por los problemas financieros de Sacyr.

Estos mismos problemas explican los últimos movimientos en el capital de la autopista de las cajas gallegas. En el 2003 tanto Caixa Galicia como Caixanova participaron en el consorcio liderado también por Sacyr que optó a la privatización de la Empresa Nacional de Autopistas. Vendieron su participación en el 2007, y luego volvieron a entrar en el verano del 2009 (aunque no hubo una explicación oficial, esta operación estaba relacionada con la deuda que la constructora tenía con las dos cajas de ahorros). Ahora este 23,72 % vuelve a estar a la venta. Analizando las cuentas anuales de la empresa que posee la principal arteria de comunicación de Galicia se constata la alta rentabilidad de una inversión que los accionistas recuperarán totalmente, según consta en la memoria anual, en el ejercicio 2048, año en el que concluye la concesión.

La inversión realizada para incrementar el valor de la compañía es prácticamente inexistente a lo largo de los años. Pero es más, tampoco son elocuentes el gasto en inversión del día a día. En el 2011 se destinaron 2,1 millones de euros para «estudios y proyectos relacionados con la ampliación de capacidad de determinados tramos», y dentro del programa de mantenimiento se realizaron «actuaciones de reposición y gran reparación que han supuesto mejoras en determinados elementos de seguridad y señalización de la autopista, fundamentalmente obras de refuerzo de firme». Lo cierto es que el negocio parece redondo. Según las previsiones de la empresa, los ingresos en peaje entre el 2011 y el 2048 superarán los 9.500 millones de euros, mientras que a inversión se destinarán 153 millones y con 1.680 millones harán frente a los gastos financieros.

La empresa se queja en su informe anual de que los ingresos por peaje se redujeron en el año un 5,8 %, pero también reconoce que el descenso del tráfico se ha compensado con la revisión de las tarifas y que, pese a todo, Audasa se beneficia de que la crisis no es tan aguda en la comunidad gallega como en el resto de España, donde la reducción del tráfico alcanzó el 6,8 %.

Cada día circulan por la autopista una media de 22.359 conductores obligados a pagar peaje, cinco mil menos desde el 2007, cuando se contabilizaron 27.030 vehículos diarios. En ese momento no había ni peaje dinámico ni las cabinas de cobro automatizadas, que se seguirán impulsando y que permitirán, en la práctica, una «contención» de los costes laborales.