Según cálculos del sector, la no continuidad de la planta nuclear supondría un incremento del 8 % en la tarifa eléctrica
07 sep 2012 . Actualizado a las 10:52 h.Nuclenor, una sociedad compuesta por Iberdrola y Endesa a partes iguales para la explotación de la central de Garoña, trasladó esta semana al Ministerio de Industria que no está en condiciones de solicitar la renovación de esa instalación nuclear al desconocer el impacto económico que tendrán las condiciones que regularán la actividad de generación nuclear, dentro de la reforma energética que el Gobierno lleva posponiendo durante semanas. La decisión, sin embargo, se ve desde el lado de los contrarios a esta instalación como un «pulso al Gobierno». Endesa e Iberdrola «están presionando para que se cambien las reglas y lograr así que la central produzca mucho más dinero», según Ecologistas en Acción.
Con todo, según cálculos que hace el sector energético la no continuidad de Garoña tendrá un impacto directo en la factura de la luz, impacto que estiman en una subida del 8 %. Estiman que el coste de generar los 4.000 gigavatios por hora de media anual que produce esta planta nuclear podría pasar de los 160 millones de euros actuales a los hasta 1.320 millones de euros, si se sustituye su producción con la de instalaciones termosolares o fotovoltaicas. La diferencia, esos 1.160 millones de euros, irían, entienden en el sector, al contribuyente.
Las mismas fuentes creen que el Ministerio de Industria apostará por las tecnologías más caras de generación, que cuestan 460 euros por megavatio generado, frente a los 50 euros de las plantas convencionales.
En su escrito a Industria, Nuclenor ha expuesto que, si se despejen las incógnitas en torno a la viabilidad económica de la central burgalesa de Garoña, se podría solicitar la renovación. Técnicamente, explica la sociedad, la planta reúne todas las condiciones para seguir operando de forma fiable y segura.