Los policías griegos se manifiestan contra los recortes salariales

Andrés Mourenza / Efe

ECONOMÍA

Aseguran que si se aprueban los nuevos ajustes un agente tendrá que trabajar 50 horas semanales, incluyendo trabajo nocturno y situaciones de emergencia, por 700 euros al mes

06 sep 2012 . Actualizado a las 21:46 h.

Los alrededores del antiguo estadio de Atenas quedaron este jueves sumidos en una marea de uniformes de la policía, de los bomberos, de las fuerzas especiales, de la guardia de tráfico y de los guardacostas, todos unidos en un sólo grito: «No». No a los recortes de su salario y no a las nuevas medidas de austeridad.

La policía griega suele aparecer en las noticias enfrentada a los manifestantes en los casi habituales disturbios durante las protestas contra las medidas de austeridad, pero esta vez eran los propios agentes que estaban al otro lado de la barrera en una manifestación que congregó a unas 5.000 personas.

Las diversas oleadas de recortes que se han llevado a cabo en los salarios de los funcionarios han mermado mucho el poder adquisitivo de los cuerpos de seguridad y, a pesar de ello, las nuevas medidas de ahorro por unos 11.600 millones de euros que prevé aprobar el Gobierno en los próximos días se cebarán precisamente en este sector y en el de las pensiones, que son bastante reducidas.

«Los anteriores recortes a los funcionarios también nos han afectado. Si se aprueban los nuevos recortes un agente tendrá que trabajar 50 horas semanales, incluyendo trabajo nocturno y situaciones de emergencia por 650 o 700 euros al mes, lo que no le permitirá sobrevivir», dijo a Efe Zánasis Tumas, presidente de la Asociación de Guardias Especiales, el nivel más bajo del cuerpo de Policía.

Movimiento de resistencia

Incluso dentro del Gobierno han surgido voces contra el recorte de salarios a los cuerpos de seguridad, entre ellas, la del ministro de Orden Público, Nikos Dendias, quien recordó hace dos semanas que el 83 % de los policías cobra menos de 1.250 euros mensuales.

Según las filtraciones publicadas por los medios griegos, los nuevos recortes a los cuerpos de seguridad supondrán una merma de entre el 6 % y 12 %, algo por debajo de los planeados a médicos, profesores universitarios, diplomáticos y clérigos, que serán las otras profesiones públicas afectadas.

Pero estos nuevos recortes podrían ser la gota que colme el vaso, especialmente entre la policía, cuyas asociaciones, anteriormente controladas por los grandes partidos tradicionales -la conservadora Nueva Democracia y el socialdemócrata Pasok, ambos en el Gobierno-, ahora miran hacia los partidos de la oposición.

De hecho, en la manifestación de hoy participaron sindicatos y representantes de la oposición, entre ellos miembros de la izquierda radical de Syriza (principal partido de la oposición), del Partido Comunista, del derechista Griegos Independientes pero también del neonazi Amanecer Dorado.

Según estimaciones de la prensa local, una considerable parte de los agentes vota precisamente al más radical de los partidos de la derecha extremista.

«Ahora comenzamos un movimiento de resistencia de todos los trabajadores para que no se aprueben estas nuevas medidas que van a destrozar a nuestra sociedad», avisó Jristos Fotópulos, presidente de POASY, el sindicato mayoritario entre los 50.000 agentes de policía con que cuenta Grecia.

Momentos de tensión

Los ánimos están tensos y ya en la mañana de hoy se produjeron fricciones cuando un gran grupo de policías bloqueó la entrada de la academia de antidisturbios de Atenas impidiendo salir a los vehículos con destino a Salónica.

Este fin de semana se inaugura en esa ciudad, situada en el norte de Grecia, una feria internacional y está prevista una multitudinaria protesta de los sindicatos para denunciar que el Estado les debe 10 millones de euros en pagas extra.

Los manifestantes fueron confrontados hoy por una unidad antidisturbios que amenazó con hacer uso del gas lacrimógeno, lo que produjo momentos de tensión y encontronazos pero, finalmente, la intervención del propio primer ministro, Andonis Samarás -quien prometió por vía telefónica a uno de los líderes sindicales de la policía que se pagarán los atrasos-, logró que los policías que protestaban abandonasen el lugar de forma pacífica.

Durante la manifestación de la tarde, Fotópulos hizo aún así una dura advertencia al Gobierno: «Los que piensen que nos podrán obligar a reprimir a los demás trabajadores se equivocan. Junto a nosotros están los sindicatos y los representantes de todos los partidos de la oposición».