España, abierta a reunirse con Argentina para hablar de YPF

EFE

ECONOMÍA

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, aseguró esta madrugada que España está dispuesta a «recobrar la normalidad» en la relación entre ambos países

26 jul 2012 . Actualizado a las 10:19 h.

El ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel García-Margallo, dijo hoy que está dispuesto a reunirse con el Gobierno de Argentina para tratar la expropiación de YPF a la petrolera española Repsol y «recobrar la normalidad» en la relación entre ambos países.

García-Margallo hizo sus declaraciones al término de una visita a Perú y Ecuador en la que buscó promover la presencia de empresas españolas y preparar la próxima Cumbre Iberoamericana, que tendrá lugar en la ciudad española de Cádiz en noviembre.

La disputa en torno a YPF ha sido el mayor conflicto de España en la región en los últimos años y, en ese sentido, García-Margallo dijo que está deseando «recobrar la normalidad institucional» con Argentina.

«Nosotros estamos absolutamente abiertos a tener una reunión con el Gobierno de Argentina y cerrar un contencioso que está enturbiando unas relaciones que deberían ser todo lo fluidas que han sido siempre», dijo.

García-Margallo afirmó que la vuelta a esa normalidad «pasa porque el proceso expropiatorio se salde con una compensación adecuada».

Repsol reclama 10.000 millones de dólares

Repsol reclama 10.000 millones de dólares por las acciones expropiadas por el Estado argentino en mayo, que sumaban el 51% del total. Posteriormente, la compañía ejecutó garantías por créditos impagados del grupo Petersen, con lo cual su participación en YPF asciende ahora al 12%.

El Gobierno argentino, que ha justificado la nacionalización por una supuesta falta de inversiones, anunció que el Tribunal de Tasación argentino fijará el valor de la petrolera, pero adelantó que no pagará la cifra reclamada por Repsol.

El ministro español señaló que un país puede optar por la autosuficiencia energética y por expropiar empresas -aunque dijo que lo considera un error- pero «lo que no puede», añadió, «es confiscar sin acudir al procedimiento adecuado y sin pagar la indemnización adecuada».

El asunto está ahora en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi), después de que Repsol iniciara en mayo los trámites para la presentación de una demanda contra Argentina.

Interés de las compañías españolas por instalarse en Latinoamérica

La medida del Gobierno de Buenos Aires no ha disminuido el interés de empresas españolas por instalarse en Latinoamérica, incentivadas por la crisis, según fuentes diplomáticas. Facilitar esa llegada era uno de los objetivos de la visita de García-Margallo a Perú y Ecuador, donde dijo que hay oportunidades «muy importantes» para estas empresas.

«La impresión que nos llevamos es que las cosas están funcionando razonablemente bien para que la inversión (española) fluya», dijo el ministro, quien afirmó que para que el dinero llegue se necesita estabilidad económica, seguridad jurídica y un crecimiento económico estable.

«Las tres condiciones se dan tanto en el Perú como en Ecuador y, por tanto, las empresas españolas tienen aquí un nicho de oportunidades», explicó.

El Gobierno quiere que las aprovechen no solo las grandes compañías, sino también las pequeñas y medianas empresas, para lo cual cree que es «central» el apoyo que les proporciona el Estado español a través de sus representaciones diplomáticas, dijo el ministro.

También destacó el «efecto tracción», es decir, que las grandes empresas ya establecidas «ayuden a las pequeñas y medianas empresas a hacer los primeros pasos en el camino».

Allanar el terreno para la Cumbre Iberoamericana

El otro tema principal de su breve gira fue allanar el terreno para la Cumbre Iberoamericana, a la que tanto Ollanta Humala como Rafael Correa, presidentes de Perú y Ecuador respectivamente, han confirmado su presencia.

Queda en el aire, por ahora, la participación en la Cumbre de Paraguay, después de que su Legislatura destituyera a su presidente, Fernando Lago, lo que provocó el rechazo del resto de Suramérica.