España cuesta 300.000 millones

f. fernández / A. balseiro REDACCIÓN / LA VOZ, AGENCIAS

ECONOMÍA

Ballesteros

La prensa británica da por hecho el rescate del Estado, mientras la CNMV enfría el desplome de la Bolsa prohibiendo operaciones especulativas a corto plazo

24 jul 2012 . Actualizado a las 13:49 h.

Es de locos. La desconfianza extrema de los inversores en España ha convertido a la prima de riesgo en un caballo salvaje fuera de control. El diferencial que mide la rentabilidad del bono español a diez años en comparación con el alemán se desbocó ayer hasta la friolera de 632 puntos, 22 más que el viernes negro (610), mientras que el interés del bono a diez años se colocaba en el 7,5 %.

Esta variable es ahora el doble que hace justo siete meses, cuando Mariano Rajoy tomó posesión como presidente. Poco podía imaginar el Gobierno que la situación se les iba a ir de las manos. Tanto que la posibilidad de que el Estado tenga que solicitar dinero a Europa para poder afrontar sus obligaciones de pago de intereses de deuda, es decir, de que se produzca un rescate, cobra enteros. El diario The Guardian da por hecho que el ministro de Economía, Luis de Guindos, abordará hoy con su homólogo alemán el rescate, que el periódico británico incluso cuantifica en 300.000 millones de euros, el triple de lo que aportará Europa para salvar a la banca española.

Una situación irreversible

Los analistas consideran que España está condenada al rescate y que la situación es ya irreversible. Expertos consultados explican que el Tesoro dispone de liquidez suficiente para resistir hasta septiembre. Pero ¿y después? Una intervención del Banco Central Europeo para comprar deuda española relajaría la presión y se rebajarían los intereses, pero «no sería la solución, solo supondría un parche», explica un experto. En todo caso, el BCE se niega a intervenir. No lo hace desde febrero. Los analistas también tienen claro que si cae España, le sucederán en cascada Italia y también Francia. Consecuencia: sería el fin del euro.

Si se lanza el salvavidas a España, los recortes y subidas de impuestos aprobados recientemente por el Gobierno de Rajoy no serán nada en comparación con las nuevas exigencias que llegarán de Bruselas (o Berlín). Por esto, el Gobierno trata de retrasar lo máximo el anuncio del rescate con la esperanza de que regrese la confianza a los inversores y bajen los intereses que exigen por prestarle dinero a España. Al mismo tiempo, ha desplegado una amplia ofensiva diplomática para frenar el acoso a la deuda española, que incluye contactos con Estados Unidos, Francia y Alemania.

Por su parte, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) decidió ayer «prohibir de forma cautelar con efectos inmediatos» operaciones cortas o bajistas en mercados secundarios hasta el 23 de octubre. Hace apenas un mes, el presidente de la CNMV, Julio Segura, no se mostraba partidario de esta medida. Pero lo cierto es que la decisión de la CNMV frenó la caída en picado de la Bolsa, que empezó el día con pérdidas en torno al 5 % y terminó cerrando con una bajada del 1,10 %. Fue la Bolsa que menos cayó de las europeas. La de Nueva York también cerró a la baja.

El Tesoro intentará captar hoy entre 2.000 y 3.000 millones en letras a 3 y 6 meses, algo que puede ser clave, ya que el calendario de emisiones de deuda de agosto es menos complicado.

El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, entiende las fuertes protestas contra la reestructuración que lleva a cabo el Gobierno español como una muestra de «apertura democrática» de la sociedad española. Al mismo tiempo, Schäuble aseguró que «de ningún modo España será una nueva Grecia». Y eso que Alemania calcula que Grecia no tendrá suficiente con sus dos rescates y esperará al informe de la Troika para acordar un tercero.