Feijoo alaba que Rajoy prefiera el desgaste a aferrarse al poder

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

El PSdeG habla de «fraude electoral» y el BNG llama a la «rebelión»

12 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

En Aranjuez, no muy lejos de donde Rajoy descargaba una batería histórica de medidas de ajuste, andaba ayer el presidente Feijoo. Y antes de entrar a una charla organizada por periodistas parlamentarios, se refirió a uno de sus grandes valedores con la deferencia esperada. «Ha estado a la altura de una situación difícilisima que atraviesa el país y a la altura de la enorme confianza que depositaron los ciudadanos en él». Una reacción previsible de alguien que a buen seguro conocía, con mucha antelación y con mucho detalle, la dureza de un plan muy costoso por su enorme impopularidad.

Quizás por eso, el presidente gallego deslizó una frase que a muchos pasó desapercibida, pero que constituye toda una premonición de la línea argumental que trazará el PP en la próxima campaña de las autonómicas. «Prefiero un Gobierno que se desgaste tomando decisiones complicadas a otro que intente mantenerse pese al desgaste de su país».

Casi a la misma hora, Alfonso Rueda, mano derecha de Feijoo y número dos del PPdeG, hacía oficial la bendición del Gobierno gallego al plan de ajuste de Rajoy, draconiano e injusto para muchos, pero inevitable y necesario para otros. El giro dado por el Ejecutivo central, que se ha visto obligado a hacer pocos meses después lo contrario de lo que había prometido en la campaña, se proyecta desde el PPdeG a la sociedad como una suerte de peaje transitorio, inesquivable, que llevará con posterioridad a la senda del ansiado crecimiento. Una propuesta que requerirá un nuevo aval de confianza de una ciudadanía cada vez más incendiada. En gran medida, las reacciones políticas al plan de ajuste fueron un primer ensayo de las bazas que jugarán los partidos de la oposición para desgastar a Feijoo en las autonómicas. Y no hay ningún otro espacio como el político para convertir gigantes en molinos, y viceversa. Quienes veían hace años a un estadista aprecian ahora un títere en manos de Bruselas. Y quienes hoy dibujan un presidente convencido hablaban antes del hombre que daba bandazos. Así que Pachi Vázquez, líder de los socialistas gallegos, con calculada precisión, dio ayer la vuelta a la tortilla para advertir que las medidas de ajuste, lejos de llevarnos al crecimiento, nos conducen directos al fondo del pozo. El que fuera conselleiro del bipartito se acordó del sufrimiento de las familias, con una advertencia a los ciudadanos de que Rajoy y el PP son responsables de la consumación de «un fraude electoral masivo». Un argumento que, al igual que los del PP, se escuchará con insistencia en el futuro.

Por la mañana, Jorquera, candidato del BNG, ya le había atizado a Rajoy por convertir a España en una réplica de Grecia, pero fue el portavoz nacional, Guillerme Vázquez, quien hizo un llamamiento de corte revolucionario al invitar a la mayoría a rebelarse y a ser insumisa ante lo que definió como un robo a la ciudadanía perpetrado sin legitimidad democrática.

Una reacción que define una jornada de pocas contemplaciones, pero que deja abierta la gran duda. Y es en qué medida el plan de ajuste de Rajoy va a adelantar o retrasar la fecha de las elecciones gallegas. Quien tiene la respuesta estaba ayer en Aranjuez.