Aún lejos del rescate, pero cruzando los dedos para que el BCE actúe

Redacción / La Voz

ECONOMÍA

17 may 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Un temible fantasma sobrevuela España. Su nombre está en boca de todos: rescate. Llevamos tiempo barruntándolo. Y ayer muchos hasta notaron su aliento en la nuca. Lo presintieron cuando la prima de riesgo traspasó la frontera de los 500 puntos, el abismo por donde antes cayeron Grecia, Irlanda y Portugal.

¿De verdad estamos tan cerca del rescate?

El que entre la rentabilidad del bono español a diez años y su homólogo alemán se abra una brecha de más de 500 puntos, desde luego que es para alarmarse. Por no hablar de que el hecho de que España tenga que pagar un 5 % más que Alemania para financiarse no es compatible con la pertenencia a una misma zona económica.

Pero no está todo perdido. Todavía hay margen de maniobra.

Primero, porque lo realmente importante no es la prima de riesgo, que también, sino la rentabilidad que se le exige al bono a diez años. La primera depende no solo de lo mal que esté el bono español, sino también de lo bien que lo estén haciendo los títulos germanos, convertidos estos días en puerto refugio para los que padecen aversión aguda al riesgo. Aquellos que prefieren renunciar a la rentabilidad a cambio de la seguridad de recuperar todo su dinero.

El rendimiento de los bonos españoles llegó a primera hora de ayer al 6,5 %, lejos de los niveles en los que se movían Grecia, Irlanda y Portugal cuando tuvieron que pedir auxilio. Todos ellos estaban muy por encima del 7 %, el listón en el que muchos sitúan el punto de no retorno. Los griegos, por ejemplo, sobrepasaban incluso el 12 %,

mientras que los lusos estaban en el 8,5 %.

Más claro resulta aún si se toman como referencia plazos más cortos. Cuando fueron rescatadas Portugal y Grecia, sus bonos a tres años estaban en el el 9,3 y en el 17,4%, respectivamente. El español estaba ayer en el 5 %.

Así, y aunque nuestra prima de riesgo sea similar a la que en su momento tenían los rescatados se debe en buena medida a la esmirriada rentabilidad de los bonos alemanes.

¿Hay más motivos para creer que estamos lejos de la intervención?

Sí, porque, de momento, España no tiene problemas para financiarse. Lo atestigua la demanda que registran las subastas del Tesoro. Todavía hay apetito por los bonos patrios.

Pero está claro que las autoridades europeas no pueden dormirse en los laureles si quieren evitar el desastre.

¿Reaparecerá el BCE en escena?

Los analistas creen que sí. Y sitúan en el 6,5 % ?la cifra que alcanzó ayer el bono español a diez años? el nivel que puede obligar a la autoridad monetaria a enfundarse otra vez el traje de bombero para intentar sofocar el incendio. Solo él puede devolver la racionalidad a un mercado dominado por el pánico.

Pero si no mueve ficha, y rápido, ese temido listón del 7 % también llegará; y entonces, quizás ya no haya vuelta atrás para España.