La caída de la demanda nacional y de la inversión devuelven a España a la recesión

césar calvar MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

El Banco de España apunta algunas pistas sobre el origen del retroceso del PIB, como la caída del consumo de los hogares y de las administraciones y la merma de la aportación exterior

01 may 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

España ha vuelto a adentrarse en el oscuro túnel de la recesión económica, al encadenar dos trimestres consecutivos de descenso de la actividad.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó ayer su estimación sobre la evolución de la economía en el primer trimestre del 2012, y el resultado revela una caída del producto interior bruto (PIB) del 0,3 % respecto del último cuarto del 2012, retroceso que iguala al registrado en el último cuarto del 2011. En términos interanuales, el PIB nacional descendió un 0,4 % en comparación con el año pasado.

El anuncio supone la confirmación de una degradación cuyos efectos se notan desde hace tiempo en forma de caídas de ventas, del consumo y de la inversión. De hecho, el cálculo del INE corrobora las estimaciones pesimistas ya realizadas por el Banco de España (que previó un retroceso del 0,4 % entre enero y marzo, una décima más que el finalmente sufrido) y por el propio Ministerio de Economía, que en febrero avanzó una caída «similar» a la del trimestre anterior.

Estadística atribuye esta segunda vuelta de tuerca de la crisis al descenso de la demanda nacional, otrora motor del crecimiento. Su debacle fue compensada, aunque solo en parte, por una contribución positiva del sector exterior. Las exportaciones aun aportan crecimiento, aunque cada vez menos vigoroso porque empiezan a dar síntomas de agotamiento. Y eso que los bienes y servicios españoles son ahora más competitivos en el exterior por las bajadas de salarios y las reducciones de costes aplicadas.

A falta de que el INE de a conocer el 17 de mayo la evolución por sectores, el Banco de España apunta algunas pistas sobre el origen del retroceso del PIB, como la caída del consumo de los hogares y de las administraciones y la merma de la aportación exterior.

Las exportaciones aún crecen, pero empiezan a dar síntomas de agotamiento