«Don Julio», suma y sigue con 80

Sofía Vázquez
Sofía Vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Fernández Gayoso sale de Novagalicia Banco y se queda en la caja tras 64 años apegado al poder

24 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Noqueado. Así está Julio Fernández Gayoso al tener que dejar Novagalicia Banco, según la visión que hoy tienen de él miembros del consejo de la caja nacida de la fusión entre Caixa Galicia y Caixanova. Se va tras varias décadas en el poder, en una institución en la que entró como aspirante a auxiliar administrativo en noviembre de 1948, cuando tenía 16 años. Entonces era Caixavigo.

Tras el reciente escándalo de las indemnizaciones, la veintena de consejeros de la caja exigen todo tipo de explicaciones -por cierto, las que antes no pedían- a uno de los máximos culpables de la situación salarialmente poco ética y difícil de explicar. Gayoso, según fuentes próximas, ha intentado mantener un tono conciliador. «Sabe que es uno de los que más tiene que perder, porque cobra las dietas del banco». Sus emolumentos anuales se elevan a 900.000 euros al año (396.290 euros directamente por dietas del banco más una pensión de 650.000 euros al año).

Trayectoria meteórica

Nacido en Vigo el 8 de diciembre de 1931 en el seno de una familia modesta llegada desde la comarca de Lemos, estudió en los Maristas y en la Escuela de Comercio de Torrecedeira, donde consiguió el título de profesor mercantil. Ya desde joven, compaginando estudios y trabajo, se mostró como una persona de tesón e infatigable. De niño vivió en la zona de las calles Romil e Hispanidad. La casa familiar, humilde, estaba al lado del almacén consistorial, donde su padre consiguió un empleo como listero (distribuía el trabajo entre los peones contratados).

La meteórica carrera de don Julio en la caja de ahorros de Vigo llegó de la mano del que fuera alcalde franquista, Rafael Portanet. A principios de los años sesenta Gayoso -que le había dado clases a un yerno del regidor-, le llevaba la contabilidad en sus empresas privadas, vinculadas principalmente a la distribución de combustibles. En 1964, Portanet llega a la alcaldía de Vigo y, de rebote, alcanza la presidencia de la caja de ahorros municipal. Ya en el Ayuntamiento forma un gabinete técnico para el que se llevó a tres personas de la caja. Una de ellas era Gayoso. Solo estuvo dos meses. Portanet, que también quiere dar un giro a la gestión de la entidad financiera, destituyó al director general, Enrique Martínez del Río. La plantilla esperaba que el puesto lo ocupase, por progresión natural, el subdirector Gómez Escudero. Pero no ocurrió así. El elegido fue su hombre de confianza Julio Fernández Gayoso, que ese año cumplía los 34, y que en ese momento ocupaba la secretaría del relevado.

Siempre al frente

Desde entonces, hasta la transformación de la caja en banco y la llegada de José María Castellano a la presidencia de Novagalicia Banco, Julio Fernández Gayoso no ha dejado que nadie mandase más que él.

Para conseguirlo cambió varias veces leyes y normas internas. Uno de «sus ascensos meteóricos más sonados» tuvo lugar en junio del 2006, cuando dejó de ser director general de Caixanova. Entonces buscó la fórmula para hacerse con la presidencia de la entidad y darle a este cargo facultades ejecutivas que antes no tenía. Fue una operación consensuada con agentes sociales y políticos del momento. Se renovaron el 50 % de los consejeros de Caixanova, y entre esas nuevas incorporaciones se incluyó a Gayoso, que pasó a formar parte del órgano de gestión en representación de los impositores. La Lei de Caixas permitía que fuese nombrado consejero y presidente, siempre y cuando aún no hubiera cumplido los 75 años (lo que ocurriría en diciembre de ese 2006). Así se hizo y pudo sumar un mandato de cuatro años. Fuentes de Caixanova explicaron entonces que no era necesaria ninguna modificación en los estatutos como las realizadas por Gayoso en 1995 y 2000 para posponer la edad de jubilación forzosa del director general (él mismo), primero a los 65, después a los 70, y finalmente a los 75.

Todo hay que decirlo. Nadie alzó su voz en público pensando que la situación era de auténtico escándalo. Todo lo contrario, desde el Banco de España, desde el Ministerio de Economía, desde la Administración autonómica y desde los máximos órganos de gobierno de la entidad se presentó como un movimiento laboral de perpetuidad muy natural. José Luis Pego ocupó en ese momento la dirección general.

A lo largo de toda su carrera, Gayoso tuvo un competidor al que si no odiaba, le disgustaba. José Luis Méndez.

No a la fusión

Aunque en público, uno y otro, guardaban las apariencias, dicen que su relación era tan distante que jamás se intercambiaron sus números de teléfonos móviles. Quizá los tenían sus secretarias. Dejó escapar la posibilidad de fusionar Caixa Galicia y las cajas de Vigo, Pontevedra y Ourense. Así lo querían el conselleiro Cholo Orza, y Méndez. En los noventa, la operación, que también se trató en una cena en el restaurante Sibaris en donde estaba el delegado de la Zona Franca, López Peña; el alcalde de Vigo, Carlos Príncipe, y el conselleiro, no fructificó. En ese momento, según recuerda Príncipe, la caja ya había pasado malos tragos económicos, como una primera burbuja inmobiliaria y problemas con el crédito para la construcción de un centenar de buques, operación que ayudó a resolver el socialista Manuel Marín.

Sí se llevó a cabo la fusión de las tres cajas del sur. La unión fue defendida por Gayoso como ejemplar y modélica. Sin embargo, no fue así. El financiero defenestró poco a poco a los mandos y equipos de Pontevedra y Ourense, y colocó en sus sitios a sus peones. A lo largo de los años, un enconamiento especial tuvo Gayoso con el que había sido director general de Caixa Ourense, Luis Carrera. Este experto economista llegó a ser designado en el 2009 como candidato número uno del PP de Ourense, pero tuvo que presentar su renuncia porque alguien sacó a la luz un documento que demostraba que Carrera había cobrado una comisión del Banco Portugués de Investimentos en las islas Caimán. Feijoo se vio obligado a retirarlo de la candidatura

Fue una sucia jugada maestra, que sacaba así del medio a quien podía haber llegado a ser conselleiro de Facenda o aún algo más.

De espaldas al consejo

Faltaban entonces pocos meses para que se comenzase a hablar de nuevo de la fusión entre Caixa Galicia y Caixanova. Gayoso no la quería. Llegó a entregar a la Xunta un documento de mil folios en dos tomos, elaborados por Deloitte y AFI, en el que supuestamente se demostraba que la unión gallega era mala idea y los números no salían. Cinco meses después, el Banco de España demostró que la operación era posible. Gayoso siguió rebelándose, hasta tal punto que llegó a negociar lo innegociable de espaldas al consejo: diez años como presidente y controlar más del 50 % del principal órgano de gestión y control de la entidad. El camino fue penoso porque Fernández Gayoso contó con el respaldo del Banco de España, que había dado la espalda a Méndez.

Su actuación tuvo a lo largo de estos últimos meses como único objetivo mantener el poder. Incluso tras la fusión lo consiguió. Aunque en la presidencia no ejecutiva de Novacaixagalicia, sus órdenes llegaban al director general, Pego, su hombre de confianza, que las debía ejecutar aunque lo tenía más complicado por cuanto la paridad se había impuesto.

Gayoso también dejó a José Luis Pego en el camino, mientras él continúa en el consejo de la caja. En octubre del 2011 anunció su marcha del banco (que no de la caja). Lo hace ahora, una vez cobradas todas las dietas del año.

Julio Fernández Gayoso copresidente de novacaixagalicia