China ya posee el 18% de la deuda pública española en manos foráneas

Juan Oliver BRUSELAS/LA VOZ.

ECONOMÍA

Encabeza con Francia, Benelux y Alemania la lista de acreedores foráneos, la mayoría bancos centrales

31 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

China se ha convertido durante la crisis en uno de los principales acreedores de España, y ya tiene en su poder alrededor del 18% de la deuda pública en manos extranjeras emitida por la Administración española. Según los datos del Tesoro Público actualizados a marzo del 2010, el 19,46% de las emisiones de letras, bonos y obligaciones del Estado en poder de no residentes están en manos de inversores públicos y privados de Asia y de África. El Tesoro no segrega por países los datos de esas áreas, pero diversos analistas coinciden en que China tiene el 18%. Hace cinco años apenas poseía el 4%.

Pekín advirtió que sería uno de los principales prestamistas de España cuando el Gobierno anunció en el 2008, tras la caída de Lehman Brothers, que aumentaría el endeudamiento del Estado, por entonces en torno al 40% del PIB, para financiar los planes de ayuda a la banca y a la economía productiva. El año pasado, China adquirió cerca de 38.000 millones en deuda española. En la actualidad, posee más de medio billón de euros en bonos de los países de la eurozona.

Diez veces más que en 1995

En cuanto a la deuda española, que representa ya más del 70% del PIB, casi la mitad de los 459.055 millones de euros a los que asciende, es decir 228.055 millones, están en manos de inversores foráneos. Esa cifra multiplica por diez la de 1995, y podría explicar las enormes presiones exteriores que ha recibido el Gobierno para sacar adelante su plan de ajuste del déficit, para garantizar que el Estado podrá pagar sus deudas.

Francia, con casi un 25% del total de los préstamos obtenidos en el extranjero, encabeza el listado de acreedores. La siguen, tras China, los países del Benelux (14,52%), Alemania (7,14%) e Italia (5,97%). Los titulares son en su mayoría bancos centrales, a los que se adeudan 77.470 millones, el 34% del total. Particulares y empresas no financieras tienen el 27,6%, hay casi un 21% en manos de bancos, entidades financieras y aseguradoras, y otro 17,4% en poder de fondos de inversión y de pensiones.

En 1995, la deuda española ascendía a 187.227 millones de euros, de los que apenas 21.000 millones, es decir menos del 11,2%, estaba en manos extranjeras. Desde entonces el endeudamiento público se ha multiplicado por 2,4, pero las obligaciones de pago en el extranjero han crecido al triple de velocidad: en el 2000 ya representaban el 35,63% del total, todavía casi quince puntos por debajo de la cifra actual. Ese incremento no es extraño, si se tiene en cuenta que la globalización ha coincidido con la época de bonanza de la economía española, haciendo de sus emisiones un valor apreciado en los mercados y valorado con las máximas notas por las principales agencias de calificación. Lo prueba el hecho de que su rentabilidad (los intereses que España abona por el dinero que pide) ha ido reduciéndose desde el tipo medio del 9,56% en 1995 al 3,5% de marzo pasado, lo que refleja la confianza que tenían los inversores en su seguridad. Al menos hasta ahora.