Cruces y la pasión por el galo de curral

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

VILA DE CRUCES

La ministra Ana Pastor y el vicepresidente de la Xunta se sumaron a veterana fiesta gastronómica

30 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Veintitrés primaveras no son nada. Y si no que se lo digan al galo de curral que en Vila de Cruces recibió un nuevo homenaje en la fiesta gastronómica que lleva su nombre. Pese a la inestabilidad atmosférica, la localidad se llenó de vecinos y visitantes que disfrutaron de la feria, de las actuaciones musicales y del humor del actor y humorista Javier Veiga que defendió su vinculación con el concello dezano apuntando que «son de O Grove por parte de nai e de Vila de Cruces por parte dun amigo de meu pai».

Entre los asistentes se encontraba un nutrida presencia de autoridades invitadas por el gobierno local. La ministra en funciones Ana Pastor y el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, se encargaron de hacer entrega de los premios a los cruceños Alberto Lareo Peiteado, cocinero del restaurante Manso de Compostela y al músico David Fiúza Souto. El alcalde, Jesús Otero, estuvo acompañado, por el diputado provincial, José Crespo, los alcaldes de Agolada, Rodeiro y Cerdedo, la cantante María do Ceo y Carmen Lareo, entre otros.

En el escenario, Os Coribantes y Treixadura fueron acogidos con entusiasmo por una plaza llena entre encendidos aplausos y las voces de algún otro espectador que no pudo resistirse a lanzarse a cantar alguno de los temas de Treixadura. Antes de eso el actor, Bruxo Queimán, intervino recordando a Paco Lareo y a Neira Vilas en una jornada a la que las bandas de música pusieron el colofón.

Trescientas tapas y pollitos para los niños

Crugalo realizó una exposición de gallos y gallinas de distintas razas que despertaron la curiosidad de niños y mayores. Pocos se resistieron a observar la belleza de las aves, algunas de ellas residentes en Merza. Entre los niños fueron repartidos pollitos que hicieron muy felices a los pequeños. En la plaza se vendieron unas trescientas tapas a cinco euros de galo de curral acompañadas de pan y vino, mientras los restaurantes se llenaron de comensales que se dejaron seducir por el sabor de esta ave criada con mimo.