Los pequeños negocios son los más perjudicados por la apertura de la autopista

La Voz

SILLEDA

Santi M. Amil

José Tábora: «Nosotros vivíamos mucho de la gente que iba de Santiago a Ourense que ya no pasa por aquí

23 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Puede haber negocios que sigan trabajando casi al mismo ritmo que antes, pero a nosotros nos afectó bastante la apertura de la autopista». Según José Tábora, que trabaja en la confitería de Silleda desde hace muchos años, las ventas han caído. «Nosotros vivíamos mucho de la gente que iba de Santiago a Ourense que ya no pasa por aquí y no tengo muy claro si es porque el tren es una nueva opción, por la apertura de la autopista o porque justo en el 2009 empezó la crisis». Lo que sabe José a ciencia cierta es que la gente que antes pasaba por su establecimiento en Silleda -algunos eran clientes fijos- «siempre se llevaba algo para comer el fin de semana, y ahora no». Además, apunta que incluso otros negocios, como ferreterías, han salido perjudicados.

A escasos metros de distancia de la tienda de José se encuentra un bar de paso de los más míticos de Silleda: el Café Lago. Maria del Carmen Villar, que lleva 40 años trabajando en él, opina muy diferente. «Por aquí siguen pasando los mismos camiones y el volumen de tráfico es el mismo». Aunque cuesta creerlo si se realiza el recorrido completo por los 342 kilómetros de asfalto.

También hay opiniones a medio camino, como la de María Rodríguez, que regenta el Hotel Restaurante América en el municipio de A Estrada. «Nosotros teníamos el hotel mucho antes de que se construyese la autopista, desde hace unos 20 años, y con el restaurante llevamos 25». María duda cuando se le pregunta si tienen más volumen de negocio o menos que hace ocho años. «Quizás sí lo notamos en la cantidad de camioneros y gentes de paso, pero en las reservas del hotel no mucho, porque la mayoría las hacen por internet y como en la autopista no hay dónde dormir, se desvían hasta aquí». El restaurante se ha visto favorecido por el aumento del precio de la autopista y se mantiene bastante estable gracias a las personas que se desplazan desde los ayuntamientos de alrededor hasta Santiago por consultas médicas u otras necesidades.

En la zona ourensana de Cea también se pueden ver antiguos establecimientos -situados debajo de las viviendas familiares o al lado de bares- especializados en el pan que han cerrado. Negocios que otrora era el sustento de familias y que han desaparecido. Pocas opciones hay para zonas a las que ya nadie va a comprar, más que distribuir -en el caso de los que tengan infraestructura para ello- o ampliar horizontes con internet, como en el caso de los melindres de José Tábora ?en el mercado desde 1934 y que cuenta con varios establecimientos por toda Galicia?.