Carboeiro ya no puede esperar más

P. V. LALÍN / LA VOZ

SILLEDA

Amenaza derrumbe en alguna zona, la maleza se apodera de muchas estructuras y hay un deterioro alarmante

22 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El monasterio de Carboeiro está en grave riesgo. Las administraciones lo saben y no hacen nada, salvo ese reconocimiento. Es de la Iglesia, lo gestiona y mantiene el Concello y es, no obstante, patrimonio reconocido por el que la Xunta debe velar. Sin la intervención del Gobierno autonómico no habrá recursos económicos en otra parte.

El monumento recibió 18.400 visitas el año pasado y tres mil más en el anterior. Es referente indiscutible por su valor monumental. Es patrimonio de primer orden con una declaración de BIC con cerca de cien años.

El monasterio desvela en una simple mirada múltiples muestras de abandono, y otras en sus estructuras anuncian graves riesgos para su futuro. Amenaza derrumbe en algunas zonas, visibles unas y señalizadas otras. La maleza campa libre en cualquier pared de manera simbólica y como dominadora imparable en la zona norte, donde ya enmarca y casi ciega las ventanas y va dominando el tejado de edificios adyacentes a la iglesia.

Desde el Concello, hace algún tiempo que se dio la voz de alarma ante la Xunta. Hace mantenimiento y gestiona cobrando una pequeña tasa a las visitas. Consiguió que técnicos de Patrimonio Cultural acudiesen a catalogar los puntos calientes del monasterio. Aguarda ahora que la propia Xunta adopte decisiones con partida presupuestaria. Sería volver a Carboeiro, al punto central, tras haber recuperado la zona de Ponte do Demo que tiraran riadas de hace muchos años.

Recientemente, el alcalde silledense, Manuel Cuíña, era muy crítico y también muy realista en el asunto: «Cargáronse o Plan director anual. Agora o mosteiro está en grave risco de caer nalgunha parte». Y, apoyándose en los informes de Patrimonio recuerda que alertaron de la «urxente necesidade de actuación» y reclama «un plan director, a longo prazo e con partidas anuais».

Mientras, persiste un deterioro permanente inaceptable. Carboeiro ya no puede esperar más. No puede porque Silleda, Deza y Galicia no pueden permitirse perder esta seña de identidad.