Bodas de plata entre madera

p. v. / o. p.

SILLEDA

Enrique Cuiña comenzó a aprender el oficio de carpintero a los 15 años, y después creó su empresa.
Enrique Cuiña comenzó a aprender el oficio de carpintero a los 15 años, y después creó su empresa. r. a.< / span>

Muebles Cuiña es una de las pequeñas empresas dezanas cuya expansión frenó la crisis, pero que ha salido adelante

30 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

«Moito sacrificio, dedicación exclusiva, seriedade, atención a calquera hora e calidade nos traballos». Son las claves que apunta Enrique Cuiña, dueño de Muebles Cuiña Carpintería, para explicar los 25 años que cumple la firma en septiembre. Cuiña comenzó a aprender el oficio de carpintero a los 15 años. Durante sus inicios, recibió una formación que pronto le permitió comenzar a realizar trabajos por su cuenta, los sábados y domingos, y con lo poco que ganaba iba adquiriendo alguna herramienta: «A miña idea era ser o meu propio xefe». Pasaron 12 años, y cuando el calendario marcaba 1990 consiguió abrir su propio taller de carpintería, en A Bandeira: «Empecei eu só, gañaba pouco e traballaba moito», pero con el paso del tiempo la demanda aumentó y decidieron ampliar el negocio. «Mercamos o terreo en Chapa e iniciamos a construción da nave». La empresa, además de estrenar emplazamiento, inauguró la mueblería, uno de sus sueños pendientes. Así, las cuentas volverían a quedar a cero.

El carpintero había llegado a su meta, pero eso no implicaba el fin de la carrera. La extensión significó ampliar el mercado, captar nuevos clientes, realizar trabajos más grandes para los que en el antiguo taller estaba limitados, posibilidad de crecer? cuando llegó la crisis. Parón. «O que nos salvou foi ser artesáns, atender calquera necesidade e realizar calquera pedido solicitado».

Porque señala que lo que diferencia a este negocio es su servicio al cliente y la calidad, y afirma que su mejor propaganda «foi o boca a boca».

Actualmente, la mayoría de los encargos son trabajos de reforma: porches, hórreos o rehabilitación de casas antiguas: «Antes a xente tiña máis carto e prefería o moble a medida, pero agora moitos acoden ás grandes superficies para adquirir moble barato e de pouca calidade», lamenta. La empresa ofrece todo tipo de trabajos relacionados con carpintería y mueblería, hasta la próxima parada, que será una jubilación, para la que aún faltan años. Enrique Cuiña aguarda que el negocio continúe hasta entonces.

En septiembre cumple el cuarto de siglo de actividad, un hito para cualquier pequeña empresa. Por fortuna, la carpintería de Chapa es uno de tantos ejemplos de firmas dezanas que han podido sortear la crisis.

REPORTAJE