Salgueiro tuvo ayer en su adiós un amplio reconocimiento público

Pablo Viz Otero
P. Viz LALÍN / LA VOZ

SILLEDA

Duelo familiar ante la iglesia con respaldo de los líderes del PP Rueda, Crespo y Espiño, la familia política de Salgueiro.
Duelo familiar ante la iglesia con respaldo de los líderes del PP Rueda, Crespo y Espiño, la familia política de Salgueiro. miguel souto< / span>

Un sentido aplauso de los asistentes rompió la solemnidad en la iglesia

05 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Silleda, la comarca y muchos amigos que tenía por todo Galicia despidieron ayer a Juan Salgueiro Montouto que recibió sepultura a media tarde en el cementerio de San Tirso de Manduas. Muchos centenares de personas abarrotaron la iglesia y su entorno después de un masivo velatorio en el tanatorio silledense por donde no cesó el discurrir de visitas presentando las condolencias a la familia.

«Tiña que vir» y «ainda estivera con el o outro día» son las dos frases que todo el mundo iba repitiendo y que responden a dos de los valores de Juan Salgueiro. Responden a la generosidad que mostraba y responden a la constante conexión social que mantenía desde siempre.

No estañó a nadie que en el cierre de la liturgia y tras unas palabras de reconocimiento de Javier López Caramés, ex edil popular y vecino de A Bandeira, toda la iglesia rompiese la solemnidad con un sentido aplauso.

Por un momento pudo pensarse que el mismo organizaba su adiós, porque el siempre fue organizador nato, exquisito en los protocolos y detallista hasta el límite. El periodista Martín Fernández afinaba ayer en esa dirección, el que lo conoció como delegado de este periódico en los ochenta-noventa y con quien seguía departiendo: «Excelente político pero ainda mellor persona: tolerante, afable, emprendedor..., naqueles tempos era casi unha rara avis».

Y quién tiene personalidad propia y acusada con esos parámetros de humanidad encuentra respuesta social. La tuvo en vida política, la mantuvo en la corta travesía de la jubilación y la reunió toda en dos días de velatorio y despedida. Lástima irse joven, se oía comentar. Lástima de tanto sobresalto dramático, también se respiraba. La realidad de los reconocimientos tenía buen reflejo en la marea de ramos, centros y coronas que personalizaban los distintos adioses de familiares, colegas y amigos de la política y de la vida social.

Fue una despedida tranquila, regida por el espíritu imbuido por el propio Salgueiro en su devenir vital de tantos años. Fue un escenario que se ganó también a pulso por cuanto pocos se le adelantaron en Silleda en este viaje que el no fuera a despedir.

Media docena de sacerdotes, el Cura da Bandeira, el cura de... toda la zona oficiaron la despedida del amigo, reunidos como cuando los convocaba para activar recogidas de patatas y alimentos para el asilo de Caldas (años antes de que esas prácticas solidarias sean ya protocolarias).

Se fue con la misma grandeza de cuando pedía el voto a alguien de la oposición: «Non te molestes pídocho porque non vaias pensar que non o quero». Grande siempre Salgueiro.

Vecinos, amigos, políticos, empresarios y la vieja guardia estuvieron allí

El perfil de Juan Salgueiro lo deja definido la presencia de todos los colores políticos en su adiós. Normal que estuviera el PP en pleno, y estaban todos los alcalde y ex alcaldes dezanos por citar solo cúpula y al presidente local, José Luis Espiño. También de fuera Louzán y cargos como Antonio Crespo. Normal que acudiese apretado de tiempo por ser vicepresidente de la Xunta pero no se le falla a un amigo y llegó Alfonso Rueda. También es normal que estuviera el alcalde socialista Manuel Cuíña a quien le tocó decretar los días de luto oficial, y estaba también la senadora Paula Fernández y medio gobierno. Normal también que estuviese el portavoz del BNG Matías Rodríguez y otros como el cruceño Xoán Blanco. Y estaba un clásico como Manuel Maceira, también José Luis Campos y Javier Cuíña y ... muchos más con etapas de distancia política.

También se sumó por correo la presidenta del Parlamento con un cariño para la corporación y que lo trasladasen a la familia. Y es normal también que acudiesen empresarios de la zona y del exterior, y había de toda la comarca. Y estos días no faltaron los clásicos del PP con los que se codeo años: Jesús Palmou, Ramón Campos, Manuel Lamazares, Jorge Caramés y, entre otros el ex conselleiro Dositeo Rodríguez con quien, junto con Fraga, Salgueiro dirimía por el parque de bomberos. Y es normal que estuvieran vecinos y amigos.

Pero lo normal no siempre ocurre. Con Salgueiro era normal y además ocurrió: estuvieron.