Denuncian ante la Guardia Civil la poda sin permiso de un carballo centenario en Val do Carrio

Javier Benito
javier benito LALÍN / LA VOZ

LALÍN

cedida

Los autores alegaron a los dueños que tenían permiso del Concello y que actuaron por la presencia de ramas secas sobre un tejado

14 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Una poda extrema de un carballo centenario en Val do Carrio, de gran belleza por su porte y dimensiones, se efectuó el pasado fin de semana sin permiso de la familia propietaria. Un ejemplar que por sus características incluso merecía la categoría de Árbore Senlleira y que ahora se enfrentará al difícil reto de sobrevivir. Quedó esquilmado, como lamentaba ayer Enrique Couso, quien presentaba denuncia en el cuartel de la Guardia Civil de Lalín. Ninguno de los seis hermanos Couso Souto, dueños del árbol por transmisión hereditaria, habían autorizado esa tala. Su autor ha esgrimido que tenía luz verde del Concello para llevar a cabo esas labores silvícolas.

Enrique Souto se mostraba ayer consternado por el estado en que ha quedado el carballo. «Era una marabilla, moi bonito e a xente viña a miralo», explicaba sobre este carballo centenario. Este vecino de Val do Carrio incluso dice que hay fuentes que sitúa su origen en la fecha de un pazo colindante, en torno a setecientos años. Al margen de la edad real de este árbol, contaba con una altura de unos 25 o 30 metros que quedaron reducidos «a 10 ou 12 como moito», refería uno de sus copropietarios. Cuenta con dos troncos, con más de un metro de diámetro en la base, y tras la poda realizada quedó totalmente diezmado en sus dimensiones, copa y ramaje.

Corta ilegal

El domingo se enteraba Enrique Souto de lo ocurrido y pedía a uno de sus sobrinos que indagase lo ocurrido. Pudo constatar que una grúa con cesto había llevado a cabo esa poda del roble el sábado y que había pedido explicaciones a Manuel Varela, denunciado como autor de los hechos, según recoge la denuncia de la Guardia Civil. Argumentan a la familia propietaria del carballo tener autorización del Concello, sin que la misma figure por escrito, según incidía Enrique Souto, aunque pudo haberla presuntamente de forma verbal de algún concejal del gobierno.

La única argumentación que le dan desde la parte denunciada a Enrique Souto «é que estaba seco e tiña polas secas que podían caer no tellado dun alpendre onde gardan o carro». Pero niega que el roble esté seco y que en todo caso si había alguna rama que podía caer sobre esa propiedad no era necesario efectuar una poda de esas características, que pone en peligro ese árbol centenario. Además nadie se había puesto en contacto con él para comunicar que cortará esas ramas. El denunciante incidió en que se empleó una grúa con cesto para acometer esas labores, retirándose multitud de ramas y cortándose los troncos principales a poca altura.

Enrique Souto espera que ahora se depuren responsabilidades. Además de la denuncia ante la Guardia Civil, que supondrá una investigación del Seprona, también se comunicaron los hechos a Medio Ambiente. El denunciante quiere que el Concello de Lalín clarifique si alguien, aunque sea de forma verbal, llegó a autorizar esa tala para que también se asuman responsabilidades.