«Mi padre fue el pionero, el que implantó el merengue y la salsa»

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

LALÍN

El talento innato de Julio González que «vivió para la música y su familia» sigue vivo en sus composiciones

07 jun 2016 . Actualizado a las 09:22 h.

Isabel González Novoa vivió desde pequeña rodeada de música. Su padre, Julio González, fundó en 1961 la Orquesta Caracas, pero desde muy niño, la música fue siempre su gran pasión. Isabel explica que «mis padres emigraron a Venezuela y allí mi padre ya tocaba en la Banda de la Policía y en cabarets y salas de fiesta» con un grupo de gallegos.

De vuelta a Lalín quiso dar a conocer los ritmos que se tocaban al otro lado del Atlántico y que aunque en España se conocían, cuenta su hija Isabel, «aquí no había formaciones que ofrecieran esos estilos». Señala que «mi padre fue el pionero en implantar esos temas de merengue y salsa». Su padre vio en ellos una oportunidad para diferenciarse y pronto la orquesta Caracas empezó a causar sensación allá donde iba. Isabel González explica que «todos los miércoles del año ensayaban en el bajo durante horas, aquello era una verbena, lo s vecinos lo tenían también como una fiesta». Cuenta que «mi padre era muy meticuloso, quería que todo saliera perfecto y podían estar ensayando cuatro o cinco horas». Comenta que «yo me iba a escondidas y estaba con ellos».

Recuerda los veranos, las fiestas a las que iba con su madre a oír tocar a la orquesta «y yo delante del palco presumiendo de padre». Un verano también se subió al escenario. «Vino a verme a una actuación en el colegio María Inmaculada de Silleda, yo tenía muy buena voz y me llevó a cantar con ellos. Cantaba María Isabel y Gibraltareña y recuerdo cada detalle incluido lo que llevaba puesto una faldita gris con un chaleco gris con volantitos por delante y una camisa amarilla» que le hicieron para la ocasión. «Fue una época preciosa», apunta.

Unos años en los que «las carreteras no eran las que son ahora, y los músicos llegaban montaban, tocaban y desmontaban, era una vida muy esclava, recuerdo a mi madre en la ventana de madrugada, preocupada y esperando a que llegaran». Explica que «mi padre siempre estuvo vinculado a la música, en el 50 tocaba en la Banda de Lalín. Toda la familia fueron músicos, en los gaiteiros dos Dezas, en la Banda....».

Durante tres décadas, de 1961 a 1986, la orquesta Caracas triunfó por toda Galicia, por Asturias, Cantabria y Portugal. Isabel apunta que «mucha de la gente de la orquesta era como de la familia». Ahora el nacimiento de la Nova Orquesta Caracas promovida por Manuel Vilariño y con músicos de la zona llena de satisfacción a Isabel que les expresa su agradecimiento y su enorme alegría «por el reconocimiento a los músicos y a mi padre y por tocar sus temas» poniéndose a su disposición «para lo que necesiten» Un agradecimiento que hace extensivo a José Iglesias Fernández, sobrino de Manoliño de Os Dezas de Moneixas, por su «defensa de los músicos de Lalín como fue mi padre» al que le dedicó un reportaje en su blog.

Isabel González NOvoa Hija de Julio González, fundador de la orquesta Caracas

«Él era de cumbias, de pasodobles, de la música que hacía bailar a la gente»

Julio González murió joven, y su hija lo recuerda siempre tocando, componiendo «vivía para la música y para su familia». Tenía un talento innato y «no había instrumento que se le resistiera, aunque lo suyo era el saxo», explica su hija. Empezó siendo labrador, fue zoqueiro, y en Venezuela, donde el matrimonio estuvo siete años trabajó como conserje por el día y tocaba por la noche. A la vuelta en Lalín compró un taxi. Pero su segunda profesión siempre fue la música. Sus composiciones tenían el son de lo que vivió en Venezuela. Los temas Negra Tomasa, Pasodoble flamenco, Niña bonita, El negrito caraqueño, la negra de Camagüey, Susana Twist, Vuélvete, Amor sincero, Cantares de Galicia, Linda colombiana, Mi negra linda, Negra pancha, Negra de honor y Terra galega, son obra suya. Su hija Isabel cuenta que «él era más de cumbias, de merengues de pasodobles, de la música que hacía bailar a la gente» y de sus temas señala que «Terra Galega le gustaba mucho». Su hermano Carlos empezó a tocar en la orquesta Caracas con catorce años y siguió hasta el final de la formación. Isabel destaca que su padre «llevaba a Lalín allá donde iba».