Acepta 71 meses de cárcel por robos y coacciones

Alfredo López Penide
López penide PONTEVEDRA / LA VOZ

LALÍN

Asaltó un estanco en Lalín, entre otras acciones delictivas, mientras su compañero cumplirá cinco años y un mes

23 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

A diferencia de su comparecencia de enero, cuando se suspendió el juicio en el que se iba a dirimir una persecución policial en la que se dañaron dieciocho coches, Felipe Sánchez Dacruz se mostró ayer tranquilo en la sala.

E, incluso, llegó a cruzar confidencias con su compañero de banquillo, el también acusado Jesús O. A.

Ambos reconocieron los delitos que se les imputaban y asumieron las condenas que la Fiscalía y sus respectivas defensas pactaron. El pontevedrés aceptó penas que suman cinco años y once meses de prisión -seis meses por hurto, año y ocho meses por robo con violencia, año y cinco meses por intento de robo con violencia, año y medio por robo con intimidación y diez meses por coacciones, así como sendas multas por faltas de lesiones y daños-, mientras que el coruñés fue condenado por estos cargos con la excepción de las coacciones.

Este acuerdo de conformidad ha supuesto una rebaja considerable frente al castigo que inicialmente impulsaba el ministerio público: conllevaba la petición de catorce años y nueve meses de prisión en el caso de Sánchez Dacruz y de diez años y nueve meses en el supuesto de Jesús.

Las andanzas de ambos arrancaron con la sustracción de un coche fúnebre en Marín aprovechando que el personal de la funeraria asistía a un sepelio. Era el 9 de octubre del 2013 y, a bordo del vehículo, se desplazaron hasta Lalín, donde consumaron un robo en un estanco tienda.

Su siguiente parada fue en Cuntis. Abordaron a un viandante en las proximidades de un bar. Pese a agredirle y colocarle un destornillador al cuello, no consiguieron consumar el asalto ante la reacción de la víctima.

Al filo de esa medianoche, optaron por cambiar el coche fúnebre por un Volkswagen Tuareg. A punta de pistola, que se desconoce si era simulada o real, se hicieron con este vehículo, en el que pusieron rumbo a Pontevedra.

El 11 de octubre, la policía localizó el vehículo en el entorno de la plaza de toros. Los agentes le dieron el alto y el pontevedrés se dio a la fuga a gran velocidad. Durante la persecución, hasta diecisiete coches, así como el Tuareg que conducía, sufrieron daños. Felipe no sería detenido hasta la mañana siguiente tras pasar la noche al raso en Poio.