Catastro, la incompetencia de quienes nos administran

José A. Lorenzo González TRIBUNA ABIERTA

DOZÓN

17 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Mientras reviso las notificaciones que en fechas recientes la Dirección General del Catastro ha enviado a distintos Ayuntamientos y en concreto a los vecinos del de Dozón (Pontevedra) a fin de llevar a cabo una revisión-actualización, altas de oficio, etc, viendo los problemas que nos está ocasionando la gestión de este procedimiento, me animo a emitir mi punto de vista que creo pueden compartir más afectados. En primer lugar, quiero hablar sobre la enorme cantidad de fallos que contienen las notificaciones: titularidades cambiadas, superficies con errores o distintos expedientes para una única construcción de vivienda.

Cada expediente abierto contiene unas tasas de 60 euros, correspondientes al coste de la gestión de cada trámite, con una fecha de ingreso fijada que no posibilita corregir los múltiples errores que estos contienen. Ello nos llevaría, por ejemplo, a pagar tasas por bienes que no nos pertenecen.

Yo me pregunto: ¿No sería lo adecuado resolver primero las alegaciones de los contribuyentes y luego que cada cual pague lo suyo? Señores del Catastro, si tanta necesidad tienen de recaudar, ¿por qué no reflexionan y piensan que quien llevó a cabo el trabajo de identificar estos bienes hizo una chapuza incomprensible, a pesar de cobrar por ello? Así sería más fácil entendernos y no nos veríamos en la situación de preguntar a los servicios de información catastral cómo debemos actuar con las tasas con titularidad cambiada y escuchar que lo que hay que hacer es pagarlas y luego alegar que no nos corresponden. No hacerlo, según la información recibida, supondría una nueva notificación con recargo y acabaría en un proceso de embargo. Eso sí, el Catastro devolvería el dinero de los ingresos no precedentes, una vez resueltas las alegaciones, seguramente después de meses, quizás años, como viene haciendo con otras alegaciones presentadas por distintos motivos. A este organismo no parecen afectarle los seis meses que establecen las normas para contestar cualquier asunto planteado por el contribuyente, según mi experiencia personal.

No trato aquí de eludir la responsabilidad que corresponda a cada cual, pero sería bueno que cuando queremos reclamar algo justo no nos cueste más la defensa que lo que vale el derecho.

Quisiera también, sin entrar en detalles técnicos, hablar de las valoraciones de parte de las construcciones a las que afecta esta actualización, en concreto me refiero a los típicos «palleiros» que tanto abundan en Galicia y me gustaría saber que módulos utilizaron para su valoración (MBC, MBR).

Dudo que estas construcciones, en general, puedan englobarse en los módulos preestablecidos. Se trata de obras con cuatro paredes de bloques de hormigón sin ningún tratamiento, la mayoría de ellas cubiertas de madera y planchas de uralita, con la superficie del suelo en tierra, sin luz eléctrica ni agua corriente; se puede decir que son cobertizos tercermundistas. No sé si los manuales técnicos en nuestro país contemplan este tipo de construcción como valorable.

Por último, y ya que hablamos de valoraciones, no puedo pasar por alto cómo debería incidir en ellas el ámbito municipal, planteándome algunas preguntas.

Como decía al principio, estoy hablando de una actualización catastral de ámbito general, pero desde el Ayuntamiento de Dozón del que soy nativo, aunque no residente. Ni que decir tiene que la situación y dotación de servicios básicos son esenciales a la hora de valorar un bien, me imagino que también para el catastro.

Evidentemente los Ayuntamientos necesitan recursos, por tanto no estoy en contra de la recaudación, ni siquiera estoy en contra de la actualización que se lleva a cabo en este momento, aunque desearía que los gestores de lo público lo hicieran con más eficacia.

Los servicios que dependen de la administración pública, en este caso municipal, inciden directamente en la valoración de una localidad. Pues bien: las dotaciones municipales en este caso no añaden ningún valor a las mejoras que sus propietarios han procurado en sus bienes.

Me parece muy triste que mientras todos los días escuchamos el discurso de que hay que fijar población en lo rural y de que nos apremien más con la recaudación, las aldeas carezcan de servicios básicos en pleno siglo XXI.

¿Quién se cree la revalorización de las construcciones en una aldea donde no hay agua corriente con gestión municipal, se carece de red de alcantarillado, la conservación de caminos es nefasta y el alumbrado público se cae a pedazos, por no hablar de vertidos que al carecer de la recogida de aguas residuales contaminan las fuentes publicas haciéndolas no aptas para el consumo e incluso el riesgo de contaminación de pozos?.

En definitiva impuestos si, gestión también; y por favor, gestores municipales, no permitan que tengamos que ruborizarnos al compararnos con el municipio de al lado, hablo de Piñor de Cea, donde sí disponen de lo básico.

Las mesas redondas programadas con motivo de la XIII Bienal Pintor Laxeiro se cerraron ayer en Lalín. En esta ocasión la biblioteca municipal acogió un debate en torno los procesos y procedimientos en una puesta en común de los distintos frentes abiertos en este certamen artístico. Participaron Carme Nogueira, investigadora y artista multidisciplinar; Antón Lopo, poeta y periodista; y Alberte Pagán, escritor y cineasta. El día 24 de junio habrá una lectura de poesía desbocada.