El primer gran incendio de la zona arrasa veinte hectáreas en Quireza

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

CERDEDO

rober amado

El fuego llegó a estar a 150 metros de una casa en rehabilitación en Outeiro

13 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La zona de Deza y Tabeirós-Montes tampoco ha podido librarse de la oleada de incendios que arrasa Galicia. La parroquia de Quireza (Cerdedo) fue el blanco del primer gran fuego de la comarca. El incendio comenzó a las 21.40 horas del jueves y, según los datos facilitados por la Consellería do Medio Rural, ha arrasado hasta el momento unas veinte hectáreas de monte. Las llamas afectaron a las zonas de Outeiro y Fondós. Se quemó sobre todo monte raso de propiedad comunal, aunque también resultaron afectadas algunas zonas de arbolado y alguna plantación particular.

Hasta el momento, las llamas no han llegado a poner en peligro real viviendas ni personas. No obstante, la madrugada del viernes el fuego llegó a estar a 150 metros de una vivienda en rehabilitación en el lugar de Outeiro. Los medios desplazados lograron controlar el fuego. En torno a las 3.50 horas la amenaza para las viviendas se esfumó. A las 11.35 horas, Medio Rural dio el fuego por estabilizado. No obstante, durante toda la jornada de ayer el incendio siguió activo y, al cierre de esta edición, seguía estabilizado, pero no se daba aún por extinguido ni por controlado siquiera. En las labores de extinción colaboraron trece brigadas, tres agentes, nueve motobombas, dos palas y tres helicópteros.

El alcalde de Cerdedo, José Balseiros, consideró ayer que, dada la hora y el lugar de inicio del fuego, este tuvo que ser provocado. «Fortuito non é», dijo. Descarta que el incendiario haya sido algún vecino. «É unha zona con moitas propiedades con maleza e sen dono coñecido e está cerca das casas, polo que ninguén da zona lle ía prender alí», comenta. «Non era ademais unha hora de calor e había quince minutos que pasaran os helicópteros que se retiraban doutros lumes porque non traballan de noite...», reflexiona.

Cerdedo aún tiene el miedo en el cuerpo desde el macroincendio que sufrió en el 2006, que acabó cobrándose vidas. «Desde aquela, afortunadamente, só tivemos pequenos lumes, pero cando vén o verán, a miña grande preocupación son os incendios», confiesa Balseiros. «Como mal menor, a ver se todo se queda nisto», pide el alcalde cerdedense.

Concentración en Lalín en repulsa por todos estos «atentados ambientales»

Lalín acogió ayer, ante la estatua de Loriga, una concentración en repulsa contra todos estos «atentados ambientales contra a nosa terra», contra los incendarios y contra la que consideran nefasta política ambiental de la Xunta de Galicia. El acto estaba organizado por los colectivos O Naranxo, Salvemos Catasós y Petón do Lobo, y contó con la asistencia de una veintena de personas. Por su parte, la plaforma Salvemos Catasós redactó un manifiesto contra los incendios forestales, en el que señalan que en su práctica totalidad son intencionados y señalan que destruyen la vida: «Detrás dun incendio só queda desolación, unha terra sen vida e sen recursos, unha terra que ante o cambio climático que estamos sufrindo progresivamente, perde a capacidade rexenerativa que sempre amosou en Galicia».

Conato sofocado con rapidez en Toiriz

La rapidez en el aviso de los fuegos es clave. Lo saben bien los vecinos de Toiriz, en el municipio de Vila de Cruces, que ayer al mediodía alertaron a una patrulla de la Guardia Civil de Lalín del inicio de un incendio en la parroquia. El fuego se detectó al borde mismo de la carretera que comunica la zona con Vila de Cruces.

Los propios vecinos emplearon cubos de agua para sofocar esas llamas iniciales, y los propios agentes del instituto armado se sumaron a las tareas, utilizando todos ellos ramas para combatir el fuego. Un incendio que tiene el riesgo añadido de la proximidad de una granja y de otras viviendas, de ahí la importancia de sofocarlo ya en los primeros momentos. Minutos más tarde se personaron en la zona otros medios de extinción, que procedieron a enfriar toda el área afectada, para evitar que nuevos rebrotes volviesen a prender fuego en la seca materia vegetal.