«En cirugía robótica de columna nos diferencia el tipo de prótesis»

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

AGOLADA

Cedida

Dolores Varela Costa, Neurocirujana de Agolada en el Oliver Ayats Institute de Barcelona, ubicado en el Teknon

02 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Un quirófano de Playmovil. Loli cuenta que desde pequeña jugaba a los médicos. Explica que «mi padrino es médico y me regaló el quirófano de Playmovil y ya supe que lo de operar era lo mío». Tiene tres sobrinos y espera que alguno siga sus pasos. «A la mayor ya le regalé un fonendo», dice.

Nacida en Agolada, María Dolores Varela Costa trabaja como neurocirujana en el Oliver Ayats Institute de Barcelona, un centro especializado en cirugía robótica de columna, pionero en este tipo de técnicas mínimamente invasivas y con una gran reputación internacional, que desde 1994 se ubica en el Centro Médico Teknon de Barcelona. A la gran labor profesional que desarrolla todos los días esta doctora dezana se suma una especial circunstancia. Y es, que recientemente operó a su padre, el alcalde de Agolada, Ramiro Varela, que está encantado con los resultados, y por supuesto con su hija y el resto del equipo médico.

-Están especializados en robótica de columna ¿en qué consiste exactamente?

-En neurocirugía operamos de todo, tanto craneal como de columna. Aunque es verdad que de columna, operamos más, porque afortunadamente hay más patología de columna que tumores cerebrales, y como en todos los servicios de neurocirugía, el 90 % son intervenciones de columna. Dentro de la patología de columna, la robótica consiste básicamente en un robot que te ayuda en la colocación de los tornillos. En el ordenador tu dibujas la trayectoria y él la hace dentro del quirófano, y de cara a pacientes con columnas complejas con escoliosis que tú en la radiografía igual no lo puedes ver bien porque está muy torcido, muy desviado, va muy bien porque no necesita hacer control de rayos, el hace la trayectoria y tú solo tienes que atornillar donde él te dice. Para columnas básicas puedes prescindir del robot pero para las columnas complejas tiene esta utilidad.

-¿Dentro de la cirugía robótica qué hacen más?

-Sobre todo cirugía de columna lumbar y lo que nos diferencia es el tipo de prótesis que ponemos. Nosotros normalmente no fijamos la columna. Usamos mucho una prótesis que es un estabilizador dinámico, que no te fija la columna y te permite hacer movimientos de flexión y de extensión porque está hecha de un material que a temperatura corporal te permite hacer estos movimientos. Creo que por eso van bien, es más fisiológico, es más un sustituto del disco que está enfermo, que no si te ponen una barra con tornillos. Hay casos en los que sí hay que fijarlos, si tienes una columna inestable, una fractura o una escoliosis porque la tienes que enderezar, pero cuando se trata de una discopatía, una hernia o una estenosis de canal y un disco enfermo es mejor poner este tipo de estabilizadores. Se tolera mejor y por eso les duele menos. Y hacemos cirugía percutánea, que es menos invasiva. No es lo mismo una cirugía abierta en la que tienes que exponer toda la vértebra que lo hagas a través del músculo percutánea. Al músculo no le quitas la irrigación y sigue funcionad y la recuperación es también más rápida.

-Su padre estaba encantado

-Sí, aquí estaban muy sorprendidos. Salió del quirófano y le preguntó el anestesista ¿cómo te encuentras? y él ya decía «estupendamente». Yo no me lo podía creer porque son cirugías que duelen, pero él lo llevó muy bien. No es normal que estén tan bien. Lo normal es tener alguna molestia, pero yo me alegro. Fue muy buen paciente. Le debía doler mucho antes aunque no se quejaba tanto y por eso el alivio fue mayor. Salió del quirófano y ya no le dolía la pierna por la hernia.

-¿A él qué le hizo?

-Él lleva un estabilizador dinámico. Tenía una estenosis de canal, una hernia y una discopatía. Ya puestos le hice todo, un tres por uno. A lo grande.

-¿Cuánto tiempo lleva en Barcelona?

-Quince años y nueve meses, ya soy más catalana. Yo soy muy friolera y aquí el clima es lo mejor. Barcelona es una ciudad muy bonita y me costaría irme.

-¿Cuándo se inclinó por la neurocirugía?

-Lo vas viendo en la carrera. La compensación fue cuando pude elegir la plaza de neurocirugía en el MIR y además en el hospital que quería. Ahí ya respiré.

«Lo que más vemos son discopatías degenerativas pero no tienen relación con la edad»

Loli Varela explica que lo que más ven son «discopatías degenerativas pero no tiene relación con la edad porque tenemos gente de 18, de 23 años que ya llevan prótesis. Es más el ritmo de vida que lleva la gente. La media de pacientes operados son muy jóvenes. La mayoría están entre los 40 y los 60, pero tenemos gente de 15 y de 18 años que ya se operaron de hernias y ya llevan prótesis». En cuanto a las posibles causas apunta que puede deberse «a malas posturas y a veces, aunque suene curioso e irónico, al deporte. Ahora está muy de moda correr y no sé yo si es muy bueno para la espalda», afirma. Explica que «aquí se lleva mucho correr maratones. Están entrenando unos días y de repente ya dicen voy a correr una media maratón. Y claro, si tu no has hecho nunca nada, esto te puede afectar tanto a la columna como a la rodilla. Otra cosa es que hagas bien las cosas e incluso en el gimnasio depende qué máquina uses te puedes hacer daño si no lo haces bien. Está bien hacer algo, pero hay que asesorarse un poco». Señala que «yo le digo a los pacientes que para la columna la natación es ideal, pero si nadas bien».

Loli Varela llegó a Barcelona para estudiar la carrera de Medicina en la Universidad Autónoma, en el hospital de San Pau. La residencia la hizo en el hospital Universitario Mutua de Tarrasa. «Allí -explica- mi jefe de servicio y mis adjunto eran los que ahora aquí son mis jefes. Acabé la residencia y ellos dejaron la pública para hacer solo privada en la Teknon y me contrataron al acabar». Una labor en el Oliver Ayats que dirigen los doctores Bartolomé Oliver y Emilio Ayats a la que suma además guardias en el hospital de San Juan de Dios «porque aquí niños vemos menos y así no pierdo la costumbre de ver niños», señala.