El arte de resucitar las raíces

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

cedida

El artista recupera raíces de árboles muertos y les da una segunda vida como esculturas naturales

30 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Agustín Freire es un caminante empedernido y un amante de la naturaleza en todas sus versiones. Le apasionan tanto la salvaje costa de Camariñas como los misterios que encierran las raíces de los árboles muertos. Como es persona inquieta y además tiene alma de explorador, dedica buena parte de su tiempo libre a patear montes. En una de esas caminatas, hace ya una década, se le ocurrió recoger una raíz sugerente encontrada al azar y tratarla convenientemente para conservarla como pieza escultórica. Fue así como comenzó su colección de raíces. En la actualidad acumula decenas, aunque no todas llegan a esculturas por falta de tiempo.

Agustín no es escultor de profesión. «Como la mayoría de los españoles, voy de un trabajo en otro. Si toca trabajar a la lluvia un año, ya vendrá otra cosa mejor», comenta. Ahora trabaja de operario del Concello de A Estrada, pero antes ha trabajado de electricista, de carpintero, de pintor, de empresario de la hostelería o en la producción audiovisual. «Lo bueno es que aprendes de todo. Lo malo, la inseguridad», constata. La escultura, para él, es una afición. «Es un hobby y prefiero que sea así. Si no, como todo, acabaría siendo algo rutinario y aburrido», explica.

El estradense encuentra la materia prima para sus obras en los lugares más inverosímiles. «Las raíces son como regalos que te hace la naturaleza», explica. Ha recuperado raíces de barrancos casi impracticables y otras que las crecidas del río dejaron posadas sobre prados a más de 25 metros de distancia.

Agustín simplifica al máximo el proceso creativo. «La propia pieza te dice lo que vas a hacer con ella», asegura. «Normalmente, cuando veo la raíz me sugiere alguna forma, aunque a veces al sacar la materia dañada encuentras otro corazón. Lo que parecía una cosa resulta ser otra diferente», comenta. El estradense intenta no interferir en las formas de la naturaleza. Limpia a fondo la pieza, la desbasta para eliminar la madera en malas condiciones, la somete a un triple proceso anticarcoma y le da un acabado particular. Solo en un par de piezas ha forzado el proceso para convertir la pieza en un dragón o en una cabeza de búfalo. En el resto, la raíz se muestra tal cual. «A mi puede sugerirme algo, pero a otra persona le recordará otra cosa. La imaginación es libre», comenta.

Agustín expondrá por primera vez su obra en el Faro Vilano (Camariñas) del 3 al 30 de junio. Cuando haya oportunidad, le gustaría poder mostrar su trabajo también en A Estrada.