El último videoclub de A Estrada

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

miguel souto

De los ocho locales y cajeros de alquiler de películas que llegó a tener el municipio solo queda uno y anuncia su cierre

20 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde los años ochenta hasta ahora en A Estrada hubo hasta ocho locales y cajeros de alquiler de películas, de vídeo primero y de deuvedé después.

El pionero fue el abierto por Juan Leis en la calle Ulla, en el local que ahora ocupa la sede de la Acoe. Después vinieron Vídeo Ruta, Studio 58 y el servicio de alquiler del estanco Carballeda. También hubo cajeros automáticos en la calle Peregrina, en Justo Martínez, en las galerías San Antón y en Calvo Sotelo.

De toda esa oferta, solo Vídeo Ruta ha logrado sobrevivir a la embestida del deuvedé, el Blu-ray y la implantación de la televisión a la carta. Ha llegado al 2016 con 6.000 fichas de clientes acumuladas y una cartera de usuarios habituales que puede rondar el medio millar.

Sin embargo, también sus días están contados. Según explica el responsable del negocio, Luis Rivadulla, hace tiempo que el 90 % de los alquileres de películas se hacen a través del cajero. El inminente traslado de su negocio -que ahora aglutina reportajes, estampación de camisetas y agencia de viajes- a un nuevo local en la calle Justo Martínez hace difícil el encaje de la máquina. «Para mantela teriamos que facer obra no local e ademais estragaríanos a fachada», explica.

No obstante, a Rivadulla le da pena deshacerse del negocio y dejar a A Estrada sin el servicio. «O caixeiro coas súas 400 películas ímolo poñer á venda a un prezo simbólico para ver se hai alguén que queira seguir co aluguer. Non é para facerse rico, pero sigue funcionando e é un bo complemento para calquera negocio», explica. «Gostaríame que alguén o collera», reconoce el empresario.

Cuando hablan de los inicios, a Luis Rivadulla y a su mujer, Pili Matalobos, los invade la nostalgia. Pocos se acuerdan ya de a qué debe su nombre Vídeo Ruta. En efecto, el negocio empezó en versión ruta de reparto.

«Era o ano 87 e a televisión ofrecía poucas opcións. Gabriel Díaz e mais eu asociámonos e comezamos un reparto de películas a domicilio. Primeiro era para os bares, que eran os que tiñan reprodutores. A xente ía aos bares ver películas porque na casa non tiñan esa opción. Despois, cando os particulares empezaron a ter aparatos reprodutores, empezamos co reparto a domicilio dúas veces á semana», explica Rivadulla.

«Era un negocio interesante, pero cando chegaron as televisións privadas pegou un baixón tremendo», comenta.

Como videoclub con sede física Vídeo Ruta abrió en 1988 en la calle Bouza Brey y se trasladó en 1993 al local actual en Benito Vigo. El negocio fue creciendo con la oferta de reportajes audiovisuales, fotocopias -fue el primer local estradense con fotocopiadora en color- o estampación de camisetas. Llegó a ofrecer hasta alquiler de cedés de música.

Cuando se produjo el paso del VHS al deuvedé, Vídeo Ruta incluso vendió a sus clientes reproductores con ofertas especiales para favorecer el cambio de formato. «Fomos dos primeiros vídeo clubes de España en completar a reconversión total ó deuvedé. No primeiro ano xa empezamos a traballar só con deuvedé», presume Rivadulla.