En el resto de los municipios de las comarcas sube de forma considerable, por encima de la media tanto provincial como gallega
19 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Lalín y A Estrada pueden presumir de contar con la tasas de mortalidad más baja de la zona, casi cuatro puntos por debajo de la media del resto de municipios de Deza y Tabeirós-Terra de Montes, según los datos del Instituto Galego de Estatística (IGE). En su último informe poblacional se establece para las dos cabeceras comarcales un número de defunciones anuales por cada mil habitantes de 9,7, cuatro puntos por debajo de Silleda, Vila de Cruces, Forcarei, Agolada, Rodeiro, Cerdedo y Dozón, donde se alcanza el 13,7.
En el caso de Lalín y A Estrada incluso se está por debajo de la media de la provincia de Pontevedra e incluso de toda Galicia. En el caso pontevedrés está en 10,7 mientras en el gallego está en el 11. Además, también mejoran los ratios de mortalidad de las principales ciudades gallegas, donde todas están por encima del 10, con fluctuaciones que van de una tasa de 10,2 en Vigo -la más baja entre las siete principales poblaciones- y los 10,6 tanto de Santiago como de Ferrol.
Por sexos, el número de defunciones anuales por cada mil habitantes se sitúa, según el IGE, en 9,9 en el caso de las mujeres y del 9,7 en el de los hombres en Lalín y A Estrada. Para los otros siete municipios de las comarcas, de nuevo la tasa de mujeres está por encima de las de hombres, con 14 frente al 13,4. Un dato en parte achacable a una mayor población femenina en la zona. De nuevo si atendemos al género, Lalín y A Estrada tienen tasas de mortalidad más bajas que a nivel autonómico o provincial. En Galicia la cifra para las mujeres es del 10,7 mientras que se sitúa en el 11,4, y en el caso de Pontevedra, el 10,4 y el 11 respectivamente. De forma lógica, como ocurre en los datos globales, en el resto de la zona sí se supera con creces tanto en féminas como en varones las medias gallega y pontevedresa.
Unos datos sobre mortalidad que se acompañan de un progresivo envejecimiento poblacional en las comarcas, donde la esperanza de vida sigue en constante crecimiento en los últimos años. Según los últimos datos, correspondientes al 2013, en Lalín y A Estrada la esperanza de vida se situaba en los 82,4 años, mientras que en el resto de municipios de la zona estaba en cifras muy similares, con una única décima menos, en 82,3.
Saldo vegetativo negativo en la totalidad de los concellos
Ni siquiera Lalín y A Estrada, con esos datos positivos por sus bajas tasas de mortalidad respecto al resto de las comarcas e incluso por debajo de las medias gallega y provincial, se salvan del deterioro demográfico. Su saldo vegetativo es negativo, como en los otros siete municipios. Los últimos datos aportados por el IGE sitúan esa merma poblacional en Deza y Tabeirós-Terra de Montes en 539 personas.
Por municipios, el peor saldo vegetativo se registró en A Estrada, con 120, mientras que fueron 88 en Lalín. A continuación se situó Silleda con 87 y fueron 62 en Vila de Cruces; en Forcarei y Rodeiro se repite la cifra de 54 y fueron 28 en Agolada; por último, 26 en Dozón y 20 en Cerdedo.
En cuanto a las defunciones, en el 2013, se produjeron 851 en la zona. Por municipios, fueron 262 en A Estrada, 239 en Lalín, 144 en Silleda, 86 en Cruces, 68 en Forcarei, 63 en Rodeiro, 39 en Agolada, 26 en Dozón y 24 en Cerdedo.
Menos extranjeros en el rural
Los municipios más rurales de la zona presentan un menor porcentaje de población extranjera. El informe del Instituto Galego de Estatística cifra en un 3 % los residentes procedentes de otros países en Lalín y A Estrada. Mientras, el porcentaje cae hasta un 2,5 en el resto de concellos. Unas cifras que no variaron en exceso en los últimos años aunque sí hubo tendencia alcista. Por ejemplo, si tomamos como referencia el 2007, cuando se desató la crisis económica a nivel mundial, en las dos cabeceras de comarca la media era de 2,6 frente al 3 % del 2013, último dato computado por el IGE.
En el 2007 en los otros siete municipios el porcentaje de población extranjera se situaba en el 2, creciendo medio punto en seis años, hasta el 2,5 %. En las dos comarcas, tanto al inicio de la crisis como en el 2013, el porcentaje está por debajo de la media provincial.