Cereixo impide celebrar la novena y pide a Ortigueira «que dé a cara»

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

miguel souto

Los vecinos reciben a su párroco con aplausos pero desoyen su invitación a la calma

13 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Tal como habían advertido, los vecinos de Cereixo y Vinseiro impidieron ayer la celebración de la novena de Santa Rita en protesta por el cambio de párroco aprobado por el Arzobispado. Decenas de vecinos acudieron al santuario estradense de Cereixo y recibieron al párroco saliente, Gilberto Berríos, con aplausos y vítores. Hubo hasta canciones con letras compuestas para la ocasión pidiéndole al sacerdote: «Quédese con nós, por Dios».

Lo que no hicieron los vecinos fue abrir la iglesia para la celebración de la novena. Tanto en Cereixo como en Vinseiro las llaves de los templos están custodiadas por los vecinos, que continúan decididos a no permitir más celebraciones religiosas mientras el Arzobispado no cambie de idea o se les dé una explicación convincente de la reestructuración pastoral en el Arciprestazgo de Tabeirós que entrará en vigor la próxima semana.

De nada sirvió el discurso del párroco defendiendo la necesidad de la reorganización -motivada por la baja de un sacerdote- y pidiendo por favor a los vecinos que abandonasen una lucha que hasta le está empezando a generar problemas de salud. Gilberto Berríos explicó en detalle a los vecinos la reorganización pastoral y les rogó que acepten la situación y que mañana le permitan oficiar las misas en Vinseiro (19.00 horas) y en Cereixo (20.30 horas) para despedirse de sus fieles, ya que el lunes se incorpora ya el nuevo párroco designado para la zona. Gilberto Berríos confesó que padece hipertensión y que las emociones intensas no le sientan bien. Recordó un episodio de nerviosismo y vómitos cuando tuvo que enfrentarse a su primera romería del San Xorxe y aseguró que desde que los vecinos han empezado su guerra lo lleva muy mal.

Los fieles hicieron caso omiso de los razonamientos del párroco invitando al sosiego. Interrumpieron su discurso asegurando que el sacerdote estaba hablando por boca de sus superiores y se declararon disconformes con el nuevo reparto pastoral que les deja sin un cura que había conseguido llenar la iglesia y lograr la unión de la parroquia.

«Non fala el, ese é o discurso que lle impuxeron, o que lle mandan de arriba», repetían los vecinos mientras el párroco intentaba explicarse. Los ánimos se fueron caldeando y los vecinos acabaron pidiendo responsabilidades al arcipreste de Tabeirós, José Antonio Ortigueira, a quien considera artífice de la reorganización pastoral. «Que veña dar a cara el», pidieron los vecinos.

Comparecencia del arcipreste

Los feligreses solicitaron públicamente la presencia de Ortigueira hoy para dar explicaciones. De lo contrario, aseguran que seguirá sin haber misa.