En la carpa de Ribela solo faltó Obélix

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

r. amado

Más de doscientas personas dieron cuenta de 15 jabalíes en la fiesta creada hace 12 años para dar salida a la caza

10 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Si Obélix -el popular personaje de los míticos cómics de Goscinny y Uderzo- existiese, ayer se habría pasado por Ribela (A Estrada). No repartían ninguna poción mágica para mantener a raya a los romanos, pero había jabalíes para dar y tomar.

La culpa es de los cazadores de la Peña O Colmillo, que este año han abatido más de una veintena de ejemplares en los montes estradenses. Cuando el botín son uno o dos animales, se hace una fiesta privada y se da salida a la caza. Sin embargo, para desgracia de los agricultores locales, hace años que los jabalíes proliferan en la zona. Y para desgracia de los animales, los cazadores no les perdonan una. Es así como hace doce años ha nacido la Festa do Xabarín de Ribela. A la peña O Colmillo le sabía mal desperdiciar la carne y, ante la excesiva despensa que iban generando durante la temporada de caza, decidieron congelar sus presas e inventarse una fiesta para compartirlas con todo el mundo. De paso, era una disculpa para reunirse y pasarlo bien.

Desde su creación, la Festa do Xabarín ha tenido altos y bajos. En sus buenos tiempos reunía a doscientos comensales. Después, la afluencia llegó a caer hasta las setenta personas. Pero ahora la celebración vuelve a estar en auge. La carpa instalada junto a la antigua escuela de la parroquia acogió ayer a 220 personas, muchas inscritas ya fuera del plazo oficial. Entre todos hicieron frente a los 15 jabalíes que prepararon in situ tres cocineros de Catering Valenciaga. Entre los ejemplares abatidos esta temporada había algunos que superaban los cien kilos de peso. No obstante, para la fiesta se eligieron los más tiernos. La carne estuvo en un adobo especial con ajo y aceite desde el jueves, para evitar un excesivo sabor a monte que no suele ser del gusto general. El jabalí se sirvió guisado, acompañada con patatas de Lamas y coles de Bruselas. Los cocineros se hartaron de recibir felicitaciones por la receta. Aún así, sobraron unos veinte kilos de guiso que algunos se llevaron en táper para solucionar la cena. Apetito no faltaba en Ribela pero, además de jabalí, el menú incluía pinchos variados, merluza a la romana y tarta de chocolate.

El aperitivo y la sobremesa la animaron los humoristas locales Manolo do Atlético y Luis Rivas. Se encargaron del pregón inaugural y ofrecieron también sendos monólogos tras el almuerzo.

De cara a la décimo tercera edición de la fiesta, la organización anuncia ya que se dejará la piel para seguir engrandeciendo el evento o, al menos, mantenerlo en las cifras de asistencia conseguidas ayer. No son supersticiosos, así que la número 13 puede ser mejor edición que cualquiera.