Monte Cabalar lanza al mercado un chorizo de ternera de raza caldelá

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

miguel souto

La cooperativa subsiste con la venta de embutidos y carne de su explotación extensiva

01 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Una década después de su constitución, la cooperativa estradense Monte Cabalar sigue luchando por sacar partido a las seiscientas hectáreas de terreno que gestiona entre las parroquias de Somoza, Tabeirós, Nigoi, Arca y Souto.

La última iniciativa ha sido el lanzamiento de un chorizo de ternera de la raza autóctona caldelá. Por el momento se han fabricado 200 kilos de producto que han empezado a moverse en pequeños establecimientos especializados y ferias de productos naturales y ecológicos. El presidente de la cooperativa, Fuco Barreiro, reconoce que, de entrada, no tiene el mismo tirón que el chorizo de cerdo -al que el público gallego está más acostumbrado-, pero confía en que el producto se vaya haciendo hueco como está sucediendo con el resto de productos elaborados lanzados por la cooperativa.

El rey de la demanda es el chorizo de porco celta, por las asociaciones culturales que hace el consumidor. Sin embargo, este embutido empieza a tener en el chorizo de potro un duro competidor. Al público le cuesta probarlo por la falta de tradición local en el consumo de este tipo de carne. Sin embargo, una vez catado, el sabor intenso y las cualidades de la carne suelen convencer. Los estudios indican que la carne de potro es la más saludable de todas las que se comercializan. Tiene niveles ridículos de colesterol, poca grasa y mucho hierro. Por todo ello, los productos elaborados de potro están logrando una clientela fiel. Monte Cabalar comercializa chorizo, salchichón y cecina de potro. También una crema de carne de potro con harina de castañas. «No lleva hígado, no es un paté», puntualiza la secretaria de la cooperativa, Ana Carbón.

Monte Cabalar tiene en la actualidad 120 caballos y yeguas que viven en libertad y se alimentan únicamente de pastos naturales. El frío en invierno, la sequía y sobre todo el lobo son sus peores enemigos. «O ano pasado o lobo acabou con 70 % dos poldros», calcula Barreiro. De los que quedaron, una parte se vendió a intermediarios para comercializar la carne en otras zonas con más tradición en su consumo y el resto se destinó a la fabricación de embutidos.

La cooperativa cuanta también con unas 120 vacas de las razas rubia y caldelá. En este caso, la mayor parte de la carne se vende en fresco, aunque la cooperativa están experimentando con la comercialización de salchichón de ternera caldelá y de chorizo, su última incorporación.

De porco celta la cooperativa tiene cuatro reproductoras y vende en fresco unos 30 o 40 lechones al año. El resto se destina también a embutidos.

Pese a todos los esfuerzos, la cooperativa no da por ahora beneficios económicos. «Subsiste nun equilibrio xusto», explica el presidente. «O maior beneficio é que o monte deixou de arder e a satisfacción de estar producindo con recursos naturais antes perdidos», destaca Fuco Barreiro.