Vidriomoss exporta vidrio curvado desde A Estrada a diferentes países europeos

Francisco Brea
fran brea A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

La empresa estradense nació en el año 1988 y en la actualidad posee dos naves que suman más de 5.000 metros cuadrados

28 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Vidriomoss es una empresa familiar, en ella trabajan 7 hermanos, fundada en A Estrada en el año 1988. Desde que comenzó su actividad en una pequeña nave de 50 metros cuadrados donde trataban el vidrio hasta hoy, las instalaciones han aumentado hasta llegar a los 5.000 metros cuadrados repartidos en dos naves, una en la avenida de Pontevedra y otra en el Polígono Industrial de Toedo, en las que trabajan alrededor de 30 personas.

En la actualidad la empresa estradense es una de las pocas marcas en España que trabajan el vidrio curvado. Para conseguir moldear el vidrio este tiene que ser calentado en un gran horno hasta alcanzar la temperatura idónea que provoque su plasticidad, donde se le puede dar la forma que se desee empleando diferentes moldes. Los usos del vidrio curvado son muy variados, y se pueden utilizar en fachadas exteriores, bóvedas, vidrieras, ascensores panorámicos o puertas giratorias. Ser de los pocos que realiza esta producción hace que desde A Estrada parta vidrio curvado a todo el territorio nacional y también al extranjero, viajando a países como Reino Unido, Alemania, Portugal, Francia, Bélgica o Italia. Además también hacen impresiones digitales en vidrio, una técnica que permite incrustar la tinta dando la seguridad que esta no se va a borrar.

 

 

Visita a la fábrica de Toedo

 

En la mañana de ayer la fábrica ubicada en el Polígono Industrial de Toedo recibió la visita del alcalde de A Estrada, José López, el delegado territorial de la Xunta, José Manuel Cores Tourís, y el jefe territorial de Industria, Ignacio Rial. El gerente de la planta, Cándido Mosteiro, hizo de guía y le mostró las instalaciones, donde pudieron comprobar el funcionamiento de la nueva máquina que Vidriomoss adquirió, un taladro con corte de agua que facilita el trabajo e imprime una mayor velocidad. Esta máquina costó 311.000 euros, de los cuales 96.410 fueron aportados por la administración autonómica a través de una línea de ayudas del Instituto Galego de Promoción Económica (Igape).