La difusión del estudio sobre el patrimonio, su mejor defensa

francisco rubia alejos LALÍN

DEZA

Una visión tangible del colorido del Pórtico de la Gloria se puede apreciar en el óleo de Pérez de Villaamil.
Una visión tangible del colorido del Pórtico de la Gloria se puede apreciar en el óleo de Pérez de Villaamil.

En Deza contamos con ejemplos de la destrucción de monumentos emblemáticos como la torre de Lalín o la fortaleza de Rodeiro

07 dic 2014 . Actualizado a las 05:15 h.

Galicia, al igual que otras partes de la Península Ibérica, fue pródiga en toda clase de monumentos. Algunos de los que llegaron a nuestros días son más fruto de la casualidad que de los cuidados prodigados por la mano del hombre. Mano en muchos casos ignorante y osada, como en ocasiones la tiene calificado el historiador Antonio de la Iglesia.

En un artículo publicado en GALICIA. Revista regional (1887) este autor da noticia, haciendo hincapié en su comentario, de lo que se lleva demolido en Pontevedra solamente en los años que preceden a su escrito.

Construcciones desaparecidas

En este espacio -comenta De la Iglesia- se «echó abajo las puertas de la ciudad con sus rastrillos, torreones, adarves y escaleras; barrió los castillos y torres de su histórico puente del Burgo, de quien toma su nombre, y aún sigue formando con aquellas fortalezas el ilustre blasonado de su inmemorial escudo; arrasó a San Bartolomé; hizo saltar de un punto para otro de su campo y dióle una vuelta completa a la capilla de San Roque; despedazó las torres y almenas de los Churruchaos, con el palacio arzobispal y fortaleza a que habían pertenecido; permitió la destrucción del Monasterio de San Salvador de Lérez en el campo, y la del monumental palacio de San Román en la villa; voló la iglesia de la Tercera Orden» y termina dando noticia de la casa de los célebres navegantes los hermanos Nodal, situada en el barrio de la Moureira, dejada a ras y convertido el solar en cañaveral, y de la constante alteración y demoliciones en Santo Domingo.

Este proceder es extrapolable a cualquier lugar geográfico, y ninguno se salva. Tal es el caso de la desaparecida torre de Lalín; o la fortaleza de Rodeiro, convertidos sus vetustos sillares grabados con signos lapidarios en «pan de boda» quedando repartidos en las construcciones de los alrededores, por poner solo una brevísima pincelada sobre el patrimonio arquitectónico de estas tierras de Deza.

Siguiendo en este mismo orden de cosas, y basándonos en fuentes bibliográficas, pasamos a comentar algunas noticias que guardan el nexo común de la incuria por conservar el patrimonio, en especial durante el siglo XIX.

Descuido en la ciudad de la cultura y de las artes

Santiago de Compostela, pese a ser centro de la espiritualidad europea y de todas las actividades artísticas y difusión de la cultura, tampoco se salvó de los graves males que afectan al patrimonio.

El Pórtico de la Gloria de la Catedral, fue copiado y moldeado en yeso por los ingleses para llevarlo al Reino Unido (Antonio de la Iglesia) y exhibirlo finalmente en el museo londinense Victoria & Albert.

El coste de la reproducción realizada en 1886, ascendió a 350.000 pesetas, un crecido capital para la época. Pero? además de la copia se llevaron pegada al yeso una buena parte de la policromía original. El desastre fue mayúsculo, y de consecuencias irreparables. Entrar en la catedral y contemplar en todo su esplendor el cromatismo de esta obra cumbre del Maestro Mateo, sería algo sublime, pero ya no es posible.

El Pórtico de la Gloria lleva el sello de la inmortalidad. Fue realizado entre los años 1168-1188 y es considerado el «más espléndido conjunto escultórico de la época». Joya del más puro estilo románico, guardada en bello estuche barroco, como singular idiosincrasia de la catedral compostelana.

Francisco Rubia Alejos es historiador e investigador afincado en Lalín