Amalia Goldar y Juan Constenla estudian opciones para mejorar el aspecto de la localidad que pronto podrían conocerse
25 nov 2014 . Actualizado a las 05:08 h.Hace unos días concluyó en A Estrada el derribo de la conocida Casa do Paxariño, ubicada en la avenida Fernando Conde, un inmueble que llevaba ya muchos años abandonado y en estado ruinoso. Tras la caída de una grúa sobre ella el pasado invierno el gobierno decidió otorgarle a la empresa responsable de la grúa el permiso para acometer los trabajos de derribo de la casa, una acción que podría ser considerada una lucha contra el feísmo urbanístico, pero que finalmente ha producido el efecto contrario. Como bien dice un conocido refrán, «a veces el remedio es peor que la enfermedad», ya que hacer desaparecer la Casa do Paxariño ha hecho relucir otra edificación que está en un estado lamentable. En la rúa Baiuca se sitúa un inmueble que hace años comenzó a construirse pero que debido a la crisis económica que impactó de lleno en el sector de la construcción produjo que la obra se detuviese, dejando una estructura de hormigón que está cada vez más deteriorada.
Para luchar contra el denominado feísmo urbanístico miembros del grupo de gobierno local, con Amalia Goldar y Juan Constenla a la cabeza, están barajando diferentes opciones para darle color a la localidad. Para ello intentarán implicar a la juventud estradense y ya han mantenido algún contacto con los integrantes de los grupos juveniles que están acondicionando la planta baja de la estación de autobuses y con el IES Manuel García Barros por si estuvieran interesados en que colaboraran los alumnos del bachillerato de artes del centro, y pronto podrían verse algunas zonas del casco urbano decoradas con diferentes pinturas.