Una tarde llena de problemas para ver a la selección en Balaídos

Olimpio Pelayo Arca Camba
o. p. arca LALÍN / LA VOZ

DEZA

Cinco lalinenses que compraron sus entradas por Internet tuvieron que recurrir a la Policía Nacional para entrar

20 nov 2014 . Actualizado a las 08:38 h.

José Luis Riádigos es un lalinense aficionado al fútbol. Fue jugador, y cuando tiene a la vista un partido atractivo se desplaza hasta Balaídos o Riazor para disfrutar de un buen encuentro. El martes era la cancha celeste la que alberga un acontecimiento importante: un amistoso entre las selecciones de España y Alemania. Riádigos admite que, por su carácter amistoso, no entraba entre sus preferencias, pero sus hijas tenían ganas de ver a la selección española en directo, así que preparó la expedición a Vigo. Fueron cinco: él con su mujer salieron de Lalín a las 17.30 horas, y pasaron por Santiago para recoger a sus dos hijas y una amiga de ellas.

Como hizo en otras ocasiones, compró las entradas por Internet: a través de la web del Celta, con su localizador y apellido, adquirió cuatro entradas para Preferencia, y más tarde una quinta entrada para la misma zona. En la web no figuraba la posibilidad de imprimir las entradas, ni se requería para retirar las entradas, ya que señalaba explícitamente que bastaba con dar el localizador y el apellido. Así fue en otras ocasiones, pero no el martes.

Riádigos cuenta que llegaron a Balaídos hacia las 20.20 horas, y les extrañó que solo hubiese dos taquillas para retirar las entradas compradas por Internet: lo peor fue que en la fila se encontraron con gente que salía de las taquillas sin entradas, porque allí les exigían tener impresos los datos. Cuando les tocó el turno, con el mismo argumento, no hubo entradas. Momentos de incertidumbre para pensar cómo resolver la situación: ni con la compra de entradas en una imagen del móvil, donde claramente se veía que habían completado la compra con éxito de todas las entradas les sirvió. Hacia las 21 horas, por megafonía escucharon que quienes estuvieran en su misma situación -con entradas compradas por Internet, y sin lograr entrada en papel en las taquillas- se dirigiesen a las puertas de entrada. Eso hicieron, pero en el torno les frenaron: «Entón a miña muller saiu e pediu axuda á Policía Nacional, que lles mandaron deixarnos entrar». Accedieron, pero hacia Tribuna, y sus entradas eran de Preferencia. En el interior, un vigilante les conminaba a salir, pero finalmente los dejó pasar y llegaron a su localidad: a las 21.05 horas, 20 minutos después de empezar el choque entre España y Alemania.

«Nós pagamos 30 euros por cada entrada: para nós era unha festa, e atopámonos con ese follón». Así que estudia presentar una reclamación, porque entiende que no es de recibo lo sucedido, ni el trato que les dieron en el estadio de Balaídos ni el tiempo de partido que se perdieron. Indica que fue una situación que sufrió mucha gente, «e non é digno que pase eso», concluía ayer.