Un paseo en compañía entre nogales, castaños y carballos bajo el sol de octubre

R. R Lalín / La Voz

DEZA

Manuel Taboada fue explicando por donde pasa la línea.
Manuel Taboada fue explicando por donde pasa la línea. M. Souto< / span>

05 oct 2014 . Actualizado a las 06:08 h.

Más de cien personas se dieron cita ayer en el centro social de Catasós para realizar una marcha reivindicativa convocada por la asociación Manuel Ferreiro. Un poco antes de la hora fijada, los coches empezaban a llenar el amplio aparcamiento y iban surgiendo las charlas y los saludos. En la explanada se encontraban numerosos representantes del PSOE, entre los que se encontraba el secretario comarcal, Nicolás González Casares, los ediles Francisco Pérez Donsión y Cristóbal Fernández, la ex edil, Marta Lázara, ex ediles y militantes del BNG como Susana Rodríguez o Francisco Vilariño, sindicalistas de UGT, el edil del PGD, Camilo Conde; el coordinador provincial de CxG, Rafael Cuíña, miembros de Podemos, profesores, representantes de distintos colectivos vecinales y culturales desde Dzine a O Naranxo pasando por la asociación de vecinos de Donramiro y el geógrafo Antonio Presas, entre otros muchos.

Una comitiva ciudadana formada por adultos de todas las edades y niños a la que se añadió una pareja de la Guardia Civil que se acercó hasta el lugar de partida. Fue empezar el recorrido y asomarse el sol que añadía luz al paseo guiado que discurrió a lo largo de cerca de siete kilómetros y a lo largo del cual Manuel Taboada fue informando a los presentes del significado de las marcas que el grupo se iba encontrando entre las carballeiras, en fincas y caminos. Nogales, carballos y castaños se dejaron ver en todo su esplendor. Alguno se paraba mudo frente de algún majestuoso árbol condenado a la sierra mirando al cielo mientras algunos niños corrían por un prado cercano.

Entre algunos vecinos afectados que participaron en la caminata se oían comentarios. La principal preocupación era los efectos nocivos para la salud que podía tener el paso de la línea de alta tensión. Alguno apuntaba que «vannos traer a enfermedad á porta». Un miedo que se añadía a la queja por la pérdida de las carballeiras y de los árboles, que ayer con el otoño aún dando los primeros pasos, lucían sobre un paisaje verde en el que las conversaciones de los caminantes solo eran rotas por los trinos de los pájaros. Un animado paseo reivindicativo que algunos fueron plasmando a ratos en imágenes que capturaban no solo la belleza del paisaje, de pronto poblado por un centenar de admiradores unidos para defender las fragas.