Lalín incrementó en seis unidades su nómina de cruceiros desde 1992

o. p. LALÍN / LA VOZ

DEZA

El artista Vidal Payo esculpió el cruceiro situado en el polígono industrial Lalín 2000.
El artista Vidal Payo esculpió el cruceiro situado en el polígono industrial Lalín 2000. rober amado< / span>

El Concello suma más de 70: el más antiguo, de 1675, en Lalín de Arriba

31 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El municipio de Lalín incrementó en seis cruceiros desde el año 1992 su patrimonio cultural en este apartado, que suma más de 70 elementos entre cruces, cruceiros, petos de ánimas y vía crucis. Así se concluye de datos aportados por el Concello lalinense ?a partir de un estudio publicado por Cecilia Doporto en el último número del Anuario de Estudios e Investigación de Deza?, que señala que el cruceiro más antiguo del ayuntamiento se sitúa en Lalín de Arriba, y que cuenta con una inscripción en su base en la que, aunque medio erosionada, se puede leer 1675 como año de su construcción.

Y si de finales del siglo XVII data el más antiguo, en la última década del pasado e incluso en el XXI se han continuado erigiendo cruceiros en Lalín. De esta forma, aparece en la relación el cruceiro de Filgueira en el año 1992, situado en el polígono Lalín 2000; también figura el de Xaxán, de 1994; Albarellos, en el año 1996; Anzo en 1999, y ya en el 2000 se construye un cruceiro en A Xesta, y otro en Botos en el 2003.

Son incluso más los erigidos en las dos últimas décadas que a lo largo del siglo XVIII, cuando se recogen cinco cruceiros en las parroquias de Anzo, en el lugar de Outeiro, y Noceda, datados en ambos casos en el año 1709; y sendos elementos en Catasós (1737), Moneixas (1763) y Donsión, en 1789. Y es que fue en siglo XIX cuando la cantidad de cruces comenzó a multiplicarse en relación a las centurias anteriores, al contabilizarse 43 ejemplares, de los que conservan la inscripción los de Madriñán (1814), A Veiga (1885) y Galegos (1889).

De la veintena de elementos levantados a lo largo del siglo XX, trece conservan la fecha de realización: junto a los de Filgueira, Xaxán, Albarellos y Anzo, están los de Palmou (1900), Santiso y Goiás (1901), Cercio (1908), Bermés (1909), Bendoiro (1910), de nuevo en Bermés (1938), Vilatuxe (1937) y Palio (1943).

El tipo de letra más empleada es la capital arcaica, aunque en algunos cruceiros más cuidados se emplea la cuadrada, con una distribución armónica, indican desde el Concello.

Por lo que se refiere a los motivos que llevan a la construcción de los cruceiros, Manuel Gonzalo Prado González señala en su libro Cruceiros, cruces e petos de ánimas en Terras de Fragoso ?editado por la Diputación de Pontevedra? que han sido una constante en el paisaje gallego, y aún hoy se conservan superficies de rocas al aire libre con numerosas cruces, como una posible cristianización de lugares de culto precristiano.

Cruces en O Corpiño

Las cruces están presentes en las creencias populares y se les atribuyen diversas propiedades como protección ante el demonio y males de ojo, sacralización o señal de suerte, lo que explica su uso en las entradas de las casas, de molinos y puentes, así como a la hora de dejar constancia de los favores cumplidos por los santos: un ejemplo de ello lo constituyen las cruces que los romeros dejaban en el muro del santuario lalinense de la Virxe do Corpiño, señala Prado González.

El autor señala que los cruceiros y cruces de piedra tienen su origen en Irlanda, alrededor del siglo VI, cuando se intentan cristianizar los monumentos paganos sobre los que se colocaban las cruces, representando la asimilación cristiana de los elementos de culto de piedra. Precisa que en Galicia, igual que en otros países como Irlanda, Escocia o Gales, se impuso la costumbre de cristianizar los monumentos megalíticos convirtiéndolos en cruces o en soportes de la cruz.

En el siglo XII aparecieron las primeras representaciones de sencillas cruces de piedra, y en el XV y XVI los primeros cruceiros: del XVII al XIX se produjo su mayor desarrollo en Galicia.