Cuatro condenados por extorsionar al titular del Tris Tras en el año 2008

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

SILLEDA

MIGUEL SOUTO

La sentencia les impone un año de prisión y una indemnización solidaria de 8.295 euros por haberlo extorsionado para hacerse con el club nocturno

29 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La imagen podría servir de inicio a cualquier escena del cine negro: una habitación de un club de alterne, que se presupone con escasa luz, cuatro individuos con malas pulgas y un quinto que intimidado -«firma o te reviento»- estampa su rubrica en un contrato para cederles el negocio. Todo esto ocurrió en un local ubicado en Chapa (Silleda). En la noche del 17 de marzo del 2008, el titular del Tris Tras fue conducido por dos de sus extorsionadores, cuya identidad no ha trascendido, hasta una de las habitaciones del negocio. Aparentemente, allí ya le aguardaban los restantes compinches.

En el dormitorio, «y guiados todos ellos por el ánimo de obtener un beneficio ilícito», le mostraron al empresario un contrato para que renunciase al subarriendo del local. Acto seguido, y mediante amenazas, le obligaron contra su voluntad a estampar su rúbrica en el documento.

En este sentido, en la sentencia que impone un año de prisión a cada uno de los cuatro extorsionadores se considera acreditado que uno de ellos, al mismo tiempo que le decía «firma o te reviento. Firma o no sales vivo de aquí», metió la mano en el pecho simulando que portaba un arma de fuego y engañando a la víctima. Se da la circunstancia de que esta persona apenas llevaba unos meses al frente del negocio, toda vez que el contrato de arrendamiento se había suscrito en agosto del año anterior.

Además de la pena de prisión, que no conllevará ingreso en un centro penitenciario porque los acusados carecen de antecedentes penales, la resolución impone a los encausados el pago solidario de una indemnización de 8.295 euros. Los magistrados consideran, entre otras cuestiones, que existió ánimo de lucro en la extorsión en el mismo instante en el que se buscó obtener un provecho que no era otro que conseguir que quedara «libre el local, sobre el que el denunciante no abonaba puntualmente la renta, para proceder a un nuevo arrendamiento, de manera que evitaran un procedimiento judicial» con evidentes dificultades.