La feria reunió a un millar de visitantes que agotaron los animales en venta y los pinchos de la degustación gourmet
23 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Al marisco le ha salido un duro competidor navideño en la Galicia interior. Lo demostró ayer la Feira do Galo de Curral de Vila de Cruces. Un millar de visitantes acabaron con todos los animales a la venta y no dejaron ni un bocado de los pinchos de la degustación.
La cooperativa de criadores artesanales Vicogalo se estrenó comercializando 300 ejemplares certificados de la raza Mos: 150 galos, 75 gallinas y 75 pulardas. No eran ninguna ganga. Los galos se pagaron a 20 euros el kilo y el precio de cada ejemplar se situó entre los 70 y 80 euros. Aún así, la feria arrancó con el 30% del producto reservado por restaurantes y particulares de Madrid, Barcelona o el País Vasco. El resto, voló. Tampoco sobró ni uno de los 150 pitos rubios criados en corral, que se vendieron a la mitad de precio que los de Mos.
Los protagonistas absolutos de la feria fueron, no obstante, los animales certificados. «Son el Vega Sicilia de la avicultura», explica el presidente de la cooperativa de productores, David Sueiro. «Estos son como un roble y los otros como un eucalipto, por poner un símil que todo el mundo comprende», explica.
En la degustación paralela al mercado participaron 16 restaurantes que sorprendieron con sushi de galo, galo al estilo tradicional y recetas combinadas con productos del mar (cigalas, bogavante o vieiras) o de la tierra, como las castañas. Otros tantos establecimientos se quedaron en lista de espera, pero no volverá a pasar. El alcalde, Jesús Otero, prometió que en la próxima edición la carpa de degustación doblará superficie.