Roban la corona de la Virgen y varias piezas religiosas en la iglesia estradense de Remesar

R. Ramos Lalín / La Voz

DEZA

23 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La iglesia de la parroquia de Remesar fue objeto de un asalto. Los ladrones forzaron una puerta lateral del templo y se llevaron un cáliz bañado en plata, un copón de plata antigua, la corona de la Virgen de Fátima, dos candelabros y una cruz que había en el altar. La denuncia fue puesta en el cuartel de la Guardia Civil en la tarde del viernes por el párroco, Fermín Santiago.

El joven sacerdote, que fue ordenado el pasado mes de julio, se hacía eco ayer de la rabia y la impotencia por este tipo de actos y el dolor espiritual infringido a toda la comunidad. Y es que además los ladrones profanaron el sagrario que sacaron fuera de la iglesia añadiendo que «profanaron el Santísimo Sacramento que apareció tirado detrás de la iglesia» y al parecer incluso orinaron encima.

El párroco comentó que cuatro días antes había puesto otra denuncia por un intento de robo. En esa ocasión los ladrones intentaron acceder al templo por la puerta principal ocasionando algunos destrozos, pero no consiguieron entrar a la iglesia. Esta vez sí lo hicieron.

No hace mucho los vecinos se encontraron también con destrozos en el cementerio. Unos actos vandálicos que se tradujeron en la rotura de las cruces de los panteones de varias familias y en daños causados en distintas sepulturas.

El sacerdote lamenta la impunidad con la que parecen actuar este tipo de personas y señala las dificultades de evitar este tipo de asaltos apuntando que «la Guardia Civil patrulla las pistas pero el territorio es muy extenso». Fermín Santiago se hacía eco del creciente malestar que cunde entre los vecinos ante este tipo de actos y aparte del valor material que tienen algunos de los objetos sustraídos destaca su valor religioso y la pena de los vecinos especialmente por el robo de la corona de la Virgen de Fátima, venerada en el templo.

El párroco resaltaba ayer sobre todo el dolor espiritual provocado por la profanación del sagrario, algo que también ofendió especialmente a los vecinos de la parroquia.

«Profanaron el sagrario y el Santísimo Sacramento apareció tirado»

Fermín Santiago