Una construcción de un solo ojo

La Voz

FIRMAS

22 ene 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

El puente de un solo ojo, está levantado en sillería. Su arco es de directriz semicircular, llamado también de medio punto. Fue construido en el año 912 y posteriormente reformado según algunos autores o reedificado totalmente según otros en época muy posterior (s. XVI-XVII). Está asentado directamente sobre dos peñascos que estrechan el cauce y se elevan del lecho del río unos dos metros de promedio, dependiendo de la estación anual.

El arco, por su considerable altura, es a prueba de grandes avenidas, que se acompañan en muchos casos de abundante ramaje suelto y troncos que podían llegar a cegar su luz y actuar de retenida, represando las aguas pudiendo ocasionar considerables destrozos.

Tiene de dimensiones aproximadas: De cuerda o línea de arranque: 10,50 metros; flecha o altura desde la línea de arranque a la clave: 8,60 m; altura desde la superficie del agua al antepecho: 11,60 m. El piso del puente es de doble rampa, apuntada en el centro y compuesta de tramos desiguales, siendo su longitud total 21,3 metros y su ancho 2,85 m. aproximadamente.

De la calzada se conserva un tramo de la primitiva, formada por losas centrales alineadas que acusan desgaste, situadas a 1,63 metros del pretil y empedradas a los lados.

El pretil está compuesto por dos hiladas de sillares que conforman un antepecho de poco más de un metro de altura, con las aristas del borde cortadas en chaflán. Las uniones son de las llamadas de lengüeta y ranura «machihembrado de la piedra», técnica heredada de la madera que evita el desplazamiento entre sillares ante posibles empujes, estabilizando el pretil y formando un bloque homogéneo y sólido.

Ofrece una singularidad digna de observarse y que solía mostrarse en tiempos pasados como curiosidad a los nuevos visitantes. Colocadas dos personas en las bandas opuestas del puente, y dando un golpe con la espalda sobre el pretil, lo percibe claramente la persona situada en la banda opuesta, demostrando de este modo que todo el puente se movía, pese a su firmeza y solidez.

En el antepecho de la margen derecha del puente se ven dos zonas de desgaste producidas por el reiterado afilado de utensilios, testimonio de la actividad humana en su entorno.