El director de «Dairas» y la directora del centro no escatimaron elogios para la docena de jóvenes que empeñó su ocio en sacar adelante el proyecto. «Tenemos un alumnado de lujo; voluntarioso, trabajador y con muchas ideas», indicó Maïssa. Carbajal se declaró molesto por la imagen tópica de los adolescentes que impera. «Teño en mente facer un documental sobre o alumnado para combatir esa imaxe de catetos, bebedores e despreocupados que promove a telebasura. Eu sinto admiración polo alumnado e creo que se merecen que esa imaxe cambie e se amose o que de verdade pasa nas súas vidas», explicó. Los autores del corto no verán ni un euro del premio, destinado al centro. Su regalo es el orgullo de visionar su trabajo en pantalla grande y de contribuir a paliar el problema saharaui. Si pueden, viajarán a Tinduf para conocer la realidad de cerca.